viernes

El político y el borracho

Un político, que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo del interior, se subió encima de un cajón y comenzó su discurso:

-¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte.El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta, es mi postulación, aspiración o candidatura a la Intendencia de este municipio.

De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:

-¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

-Pues mire, caballero: la primer palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc. La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy. Y la tercer palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo, como, por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

De inmediato, el borracho se levanta y le dice:

-Postulante, aspirante o candidato (¡hic!): El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o pedo (¡hic!) no implica, significa o quiere decir que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido (¡hic!). Y con todo el respeto, estima o cariño que usted me merece, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando (¡hic!) sus bártulos, efectos o cachivaches y encaminarse, dirigirse o irse derechito a su progenitora, madre biológica o puta que lo parió (¡hic!).

Ana Belén - Uno de leperos


La gente de Lepe decide un día mandar a la Rosaritos, que es la más lista de Lepe...

jueves

Eugenio - No hay nieve en St. Moritz y otros chistes


Es un tío que llama a un timbre de un portero automático y dice: "No hay nieve en...

Eugenio - El muerto y otros chistes


Era un entierro que iba por el paseo de Gracia con 20.500.000 personas detrás del...

Eugenio - Pégame ahora y otros chistes


Le dice el marido a su mujer: "Nena, hoy me voy al bar a tomar unos vinos". Dice...

Eugenio - El golfista y otros chistes


Es un tío que se creía que era Severiano Ballesteros. Un día va al club de golf...

Eugenio - Vacas sin cuernos y otros chistes


Es una señorita que va a un cortijo. En eso que, en un momento dado, ve una vaca...

miércoles

Eugenio - Los locos y otros chistes


Era un manicomio. Un día el director coge a tres locos, para ver si les puede dar de...

Eugenio - El búho y otros chistes


Es un padre que iba con su hijo por la calle Puertaferrisa, y a la altura de la calle...

lunes

Chistes cortos (7)

-Ayer discutí con mi mujer.

-¿Y quién dijo la última palabra?

-Yo, por supuesto. ¡Como siempre!

-¿Y qué le dijiste?

-Le dije: "¡Está bien, cómpratelo!".

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Dos turistas chinos, de vacaciones en Estados Unidos, quedaron asombrados al ver un puesto callejero de perritos calientes. Decidieron acercarse y comprar un par de perritos. Uno de ellos se quedó mirando su bocadillo, con cara de asco, y le preguntó al otro:

-Oye, ¿a ti qué parte del perro te han dado?

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-Mamá, mamá, ¿todos los cuentos empiezan por: "Érase una vez..."?

-No siempre, hijo. Hay otros que empiezan por: "Mira, cariño, esta noche llegaré tarde, porque..."

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En la cárcel hablaban dos presos:

-¿Tú por qué estás aquí?

-Por ser pobre y querer hacerme rico... ¡demasiado rápido! ¿Y tú?

-Por ser rico y querer hacerme el pobre... ¡en la declaración de renta!

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-¿Qué llevas en esa cesta?

-Si lo adivinas, te doy un racimo.

-¡Croquetas!

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-¿Qué tal lleva tu hija las clases de piano?

-¡Uy! ¡Tiene los dedos como relámpagos!

-¿Muy rápidos, no?

-¡No! ¡Que no se sabe dónde van a caer!

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Conversaban dos mujeres en el mercado:

-Por fin mi marido ha encontrado trabajo en una fábrica.

-¿Y cómo le va con su nuevo empleo?

-Le va como pez en el agua.

-¿Y qué hace?

-Nada.

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-Abuelita, abuelita, ¿por qué tienes esa frente tan sudada?

-Abuelita, abuelita, ¿por qué tienes los ojos tan estirados?

-Abuelita, abuelita, ¿por qué tienes los dientes tan apretados?

-Caperucita, coño, ¡déjame cagar tranquila!

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- Dígame, ¿cuál es el motivo por el quiere divorciarse de su esposo?

- Mi marido me trata como si fuera un perro.

- ¿La maltrata, le pega?

- No, quiere que le sea fiel...

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-Doctor, ¿qué puedo hacer para que durante las vacaciones mi mujer no se quede embarazada?

-¡Llévesela con usted!

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-¿Me da un litro de leche?

-Buenos días, ¿no?

-Buenos días, ¿me da un litro de leche?

-Por favor, ¿no?

-Buenos días, por favor, ¿me da un litro de leche?

-¿De cuál?

-Buenos días, por favor, de cual, ¿me da un litro de leche?

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En una cárcel, un preso comentaba indignado a su compañero de celda:

-¡Es completamente ridículo lo que están haciendo conmigo!

-¿Por qué lo dices?

-Porque me metieron aquí por robar pan... ¡y ahora me lo traen gratis todos los días!

domingo

Chistes cortos (6)

Un e-mail para enviar a una amiga con sentido del humor:

"Querida amiga: La policía ha hallado un cuerpo quemado, con dentadura postiza, peluca, pechos caídos y culo deforme... Por favor, responde este mensaje para saber que estás bien."

O para enviar a un amigo, con las modificaciones correspondientes:

"Querido amigo: La policía ha hallado un cuerpo quemado, con dentadura postiza, peluca, barrigón cervecero y culo deforme... Por favor, responde este mensaje para saber que estás bien.

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Un judío está agonizando y le dice, jadeante, a su único hijo:

-Isaac, como estoy próximo a morir, quiero que sepas que las siete casas, los tres edificios, los treinta taxis, la fábrica de telas, las dos fincas, las ocho tiendas, las joyas, los títulos, las esculturas...

-Sí, papá... ¿me los dejas?

-Te los vendo... baratos...

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El sacerdote, en la ceremonia, es pródigo en elogios:

-El finado era un buen marido, excelente cristiano, un padre ejemplar...

La viuda se gira hacia uno de sus hijos y le dice al oído:

-Levanta la tapa del ataúd y mira si es tu padre el que está dentro.

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El representante del censo le pregunta al paisano:

-Señor, ¿cuántos hijos tiene usted?

-Bueno, las niñas son seis..., los niños son cuatro...

-¡Menuda prole tiene usted entonces!

-Normalita, no se crea. Lo que pasa es que está siempre dura...

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-Mi marido es impotente al 100%.

-Eso no es nada, el mío lo es al 200%.

-¡Pero eso es imposible! ¿Como puede ser?

-Es que se ha mordido la lengua esta mañana.

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Llega un hombre a su casa, de madrugada y cayéndose de borracho, y le dice con voz estropajosa a su mujer:

-Berta, cariño... ¡voy a amarte!

-¡Como si vas a Júpiter, cabrón, pero a mí déjame dormir!

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Una viejita a otra:

-¿Qué tal el sexo con tu marido?

-No demasiado bien. Él fue al médico y estamos en tratamiento: él trata, yo miento...

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-Mamá, mamá... ¿por qué papá tiene tan poco pelo?

-Es que papá es muy inteligente y siempre está pensando.

-Y entonces, ¿tu por qué tienes tanto?

-Niño, ¡cállate y tómate la sopa!

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Son dos tías macizas que van paseando por la playa, y un viejo verde que las ve empieza a seguirlas babeando insistentemente y dándoles la murga, hasta que una de ellas, ya cansada de que las acosen, se da media vuelta y le grita:

-¿Pero qué coño quieres?

-Ah, pero ¿se puede elegir?

Enviado por Chafardero

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El encargado del parking del banco le pidió al cliente que quitara su coche del lugar donde lo había aparcado.

-¿Por qué? -preguntó, molesto, el conductor-.

-Ha aparcado su coche donde no debe -contestó el encargado-.

-¿Pero qué dice? -le replicó el condutor-. ¡Precisamente aquí es donde más debo!

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-Señor, señor, le vendo un reloj.

-¿Qué marca?

-¿Pues qué quiere que marque? ¡La hora!

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Un comerciante se lamentaba ante un vecino:

-¡No sé qué voy a hacer! ¡Voy derecho a la quiebra porque estoy lleno de deudas!

-Pero, dígame, ¿en cuánto estima sus deudas?

-¿Está usted loco? ¿Estimarlas? ¡Para nada! ¡Las odio, las odio!

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sábado

Chistes cortos (5)



El condenado espera la hora para su ejecución cuando llega el cura:

-Hijo mío, he venido a traerte la palabra de Dios.

-Pierde el tiempo, padre. Dentro de poco voy a hablar personalmente con él. ¿Quiere que le dé algún recado?

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-Desde que mi mujer se marchó, la casa esta como vacía.

-¿La echas de menos?

-No. Se llevó los muebles.

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-He soñado que ganaba 200 millones, como mi padre.

-¿Tu padre gana 200 millones?

-No, también lo sueña.

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-¿Nombre?

-Abu Abdalah Sarafi.

-¿Sexo?

-Cuatro veces por semana.

-No, no. ¿Hombre o mujer?

-Hombre, mujer... y algunas veces camello.

-¡Hola, Caperucita verde!

-¡Hola, lobo daltónico!

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-¿Sabes que mi hermano anda en bicicleta desde los cuatro años?

-¡Coño! Ya debe de andar muy lejos...

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-Disculpe, chófer, ¿este autobús me llevará al cementerio?

-Pruebe usted a ponerse delante, caballero.

-Papá, ¿es cierto que en China los hombres no conocen a su mujer hasta haberse casado?

-Eso ocurre en todas partes del mundo, hijo mío.

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Eyaculador precoz busca mujer para... bueno, ya da igual ya pasó...

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-Pepe, Pepe, en veinticinco años de casados nunca me has comprado nada.

-¿Pero es que vendes algo?

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Lo haremos de pie sobre una hamaca. No quiero que pienses que soy una mujer fácil.

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¡Claro que ayudo a mi esposa en las tareas domésticas! Levanto los pies cuando ella anda aspirando.

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El hombre preguntó a sus hijos si pensaban que debía hacerse la vasectomía. Los 19 opinaron que sí.

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Le preguntó a la muchacha de tacón dorado: "¿Cuánto cobras?" Responde ella: "Depende del tiempo". "Digamos lloviendo y con neblina".

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-Yo tengo cinco hijos.

-¿Cómo se llaman?

-Uno Cipriano, otro Luciano, otro Aniano, otro Mariano,...

-Oiga, ¿y todos acaban en ano?

-No, el quinto es Próculo.

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De pequeño Dios me dio a elegir entre tener una memoria increíble o un pito gigante... y no me acuerdo lo que elegí.

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Si mide mas de12 cm. es un pene, pero si mide menos de 12 cm... es una pena.

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Un día leí que fumar era malo y dejé de fumar. Un día leí que beber era malo, y dejé de beber. Un día leí que follar era malo..., y dejé de leer.

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He logrado cruzar genéticamente ladillas con luciérnagas. No sé para que sirve, pero tengo las bolas que parecen Las Vegas.


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Chistes de Parejas (5)

Sólo he dormido contigo

La celosa y enfadada mujer le espetó a su marido:

-¡A saber con cuántas mujeres habrás dormido!

Con gran tranquilidad y una sonrisa pícara, él respondió.

-¡Contigo sólo, cariño! Con las otras nunca me da sueño...



Mi mujer no llega al orégano

Una pareja de gitanos fue al ginecólogo. El marido habló así al médico:

-Ayyyy miiiiire, dotor, es que tenemo un pobleeeema: mi mujel y yo queremo tené condescendencia y no podeeemo, pero no sabeeemo si es poque yo soy omnipotente o mi mujel es histérica. Anteriolmente habíamo ido a otro dotor y nos dijo que mi mujel tenía la vajilla rota y la emperatriz subida, y como, ademá, la operaron de la basílica balear, no sabemo si eso puede haber influío. También a mí, hace años, me operaron de la protesta, y a lo mejor me han dejao escuelas en el cuerpo. Nos recomendaron ir a un médico en la capital, que era mu güeno. En esa consurta, a mi mujel le hisieron una coreografía, y el médico nos dijo que no veía na raro, y nos recomendó que hiciéramo el cojito a diario. Entonses, 15 día ella y 15 día yo, estuvimo haciendo el cojito, pero ná de ná. Nos volvimo pa quí y otro dotor nos recomendó hacer vida marítima má endeseguío..., y no fuimos a la playa de Conil, a la de Barbate, y en toas las playas hacíamo vida marítima, pero ná de ná. Ademá, mi mujel hace tiempo tuvo un alboroto y le nació el féretro muerto, y a lo mejor eso ha influido. Pero yo creo personarmente que tol poblema eh que mi mujel es frigorífica, porque nunca llega al orégano...



Carta a la mujer amada

Amada mía:

Por ti soy capaz de cualquier cosa: cruzar océanos a nado, llegar a la cima de la montaña más alta del mundo, gritar a los cuatro vientos mi amor por ti, enfrentarme a cualquier obstáculo que nos separe; te amo tanto...

Besos,

Juanito

P.D.: Llegaré el jueves, si no llueve...



El golfista y la rana

El hombre acababa de empezar su partida de golf. Estando en el segundo hoyo alcanzó a ver a una rana que estaba sentada cerca del green. No le prestó demasiada atención hasta que fue a golpear la bola y escuchó una voz que decía "hierro 9". El hombre miró alrededor y no vio a nadie. De nuevo escuchó "hierro 9". Entonces se dio cuenta de que quien habló fue la rana, y para probar que estaba equivocada tomó el hierro 9 y golpeó. La bola entró directa al hoyo. El hombre se quedó muy sorprendido y le dijo a la rana:

-¡Esto es increíble! Debes ser la rana de la buena suerte, ¿no?

La rana respondió:

-Rana afortunada.

El hombre decidió llevarse a la rana al siguiente hoyo.

-¿Qué opinas, rana?

-Madera 3.

El hombre sacó una madera 3 y golpeó la bola, haciendo un hoyo en uno. Se quedó complentamente desconcertado, sin saber qué decir. Cuando terminó el recorrido, el hombre había hecho la mejor puntuación de su vida, así que le preguntó a la rana:

-¿Y ahora qué hacemos?

-Las Vegas -contestó la rana-.

De modo que se fueron a las Vegas, entraron en un casino y el hombre le dijo a la rana:

-¿Y ahora qué?

-Ruleta -dijo la rana-.

Se acomodaron frente a la ruleta y el hombre dijo:

-¿Cuánto debo apostar y a qué?

-$30.000, número 6.

Esta apuesta se pagaba 36 a 1, pero después de lo que sucedió en el campo de golf el hombre no se lo pensó dos veces. Miles de fichas se acumularon frente al hombre cuando la bolita se paró en el número 6.

-¿Y ahora?

-Apuéstalo todo de nuevo al 6 -dijo la rana-.

El hombre volvió a ganar, cambió sus fichas y consiguió la mejor y más cara habitación del hotel. Una vez en ella, le dijo a la rana:

-Rana, no sé cómo pagarte. Me has hecho ganar todo este dinero y te estoy eternamente agradecido.

La rana contestó:

-Bésame.

El hombre pensó que después de todo lo que la rana había hecho por él es lo menos que se merecía. Cuando besó a la rana, ésta se convirtió en una hermosísima y joven mujer.

-Y esta es la razón por la cual la chica estaba en mi habitación, Elin. ¡Te lo juro por lo que más quiero, o dejo de llamarme Tiger Woods!



El viajante y su mujer

El viajante llegó a su casa después de haber pasado dos semanas de viaje.

-¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa que te voy a echar el polvo de tu vida.

Entraron en la habitación, se metieron en la cama e hicieron el amor de manera salvaje, brutal, escandalosa. Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:

-Ya está bien, ¿no? ¡Toda la semana igual, coño...!



Amores circenses

El director del circo entró su caravana y contempló con horror cómo su contorsionista esposa se refocilaba en la cama con Peter el enano.

-¡Pérfida mujer! -le recriminó su esposo-. ¿Cómo puedes hacerme esto? ¡Si hace apenas una semana te encontré con Jack el gigante!

-¡No te enfades, cariño! ¿No ves que me estoy quitando?



Una final es algo irrepetible

El hombre tenía un palco preferente reservado para la final del mundial de fútbol. Cuando se sentó, comprobó que el sitio de al lado estaba vacío, así que preguntó al hombre sentado en el siguiente asiento:

-¿Está ocupado?

-No, no lo está.

-¡Vaya, es increíble! ¿Quién, en su sano juicio, gasta tanto dinero en un asiento como éste para la final del mundial, el evento deportivo más grande del mundo, y luego no lo usa?

-Verá, en realidad el asiento es mío... Lo pagué hace dos años, pues se suponía que mi esposa me iba a acompañar..., pero ella falleció. Este es el primer mundial en el que no vamos a estar juntos desde que nos casamos, en 1982.

-¡Eso es terribe, lo lamento mucho! Pero, ¿no encontró a nadie que quisiera acompañarle? ¿Un amigo, un pariente o incluso un vecino que pudiera ocupar el asiento?

-¡No, ciertamente no! ¡Todos esos huevones prefirieron asistir al funeral!



Triángulo amoroso


Un hombre entró en la habitación con una cabra en brazos. Su mujer, echada en la cama, estaba leyendo un libro. Dijo el hombre:

-Mira, cariño, esta es la vaca con la que hago el amor cuando tienes jaquecas.

Contestó la mujer:

-Si no fueras tan tonto, te darías cuenta de que es una cabra.

El hombre sonrió y replicó:

-Si no fueras tan tonta, te darías cuenta de que estoy hablando con la cabra.




¿Quién quiere ser millonario?

Mi esposa y yo estábamos viendo "Quién Quiere Ser Millonario" mientras estábamos en la cama. La miré y le pregunté:

-¿Quieres tener sexo?

-No -me contestó-.

Así que le pregunté:

-¿Respuesta definitiva?

-Sí -me contestó-.

-Entonces voy a llamar a una amiga.

Y fue a partir de ese día que comencé a cojear, doctor.




El marido perfecto

Un grupo de hombres estaba en los vestuarios del gimnasio cuando sonó un teléfono móvil. Al cabo de unos segundos uno de ellos, activando el manos libres, contestó:

-¿Diga?

-¿Querido, eres tú? ¡Se oye muy mal!

-¿Hola? ¡Hola! ¿Diga?

-¿Estás en el gimnasio?

-¡Sí!

-Te llamo porque estoy frente al escaparate de una peletería, viendo un abrigo de visón precioso. ¿Puedo comprármelo?

-¿Y cuánto cuesta?

-Unos 3.000 euros.

-¡Bueno! Pero cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.

-¡Bueno! ¡Verás...! Resulta que también pasé por un concesionario de automóviles, y pensaba que ya es hora de cambiar el coche, así que entre y pregunté. ¿Y sabes qué? Resulta que tienen un BMW en oferta y es el último que les queda.

-¿Y de cuánto es esa oferta?

-Solo unos 50.000 euros. ¡Y es divino...!

-¡Bueno! Cómpralo, pero que te lo den con todos los extras y, si sale por un poco más, como situación excepcional, no me voy a enfadar.

La mujer, viendo a su marido con tan buena predisposición, decidió arriesgarse:

-Cariño, ¿te acuerdas que te conté que mamá quería venir a vivir con nosotros? ¿Te parece bien que la invite por un mes, a prueba, y el mes que viene lo volvemos a hablar?

-¡Bueno, está bien! Pero no me pidas nada más, ¿eh?

-De acuerdo, cariño. ¡Ay, cuánto te adoro, mi amor!

-¡Yo también te quiero! ¡Un besito, mi amor!

Al colgar el teléfono, el hombre miró al perplejo grupo y preguntó:

-¿Alguien sabe de quién es este móvil?




La última confesión

Un moribundo llamó a su mujer para confesarle sus mentiras y poder así morir en paz.

-María, ¿recuerdas aquella criada que tuvimos cuando vivíamos en Valencia, la que siempre llevaba desabrochado algún botón de la blusa? ¡Pues ese cuerpo fue mío!

-¿De verdad, Pepe?

-¿Y recuerdas a tu amiga Virtudes, aquella rubia despampanante que siempre iba con minifalda? ¡Pues ese cuerpo también fue mío!

-¡No me digas! Pepe, ¿y tú recuerdas cuando en Barcelona vivíamos enfrente del parque de bomberos? Pues ese cuerpo fue mío...




De morros


Por la mañana, el marido había discutido con su esposa. Por la noche, al llegar a casa, se desnudó y se metió en la cama. Levantó la sábana y observó el cuerpo de su esposa, al tiempo que sentía una erección. Inmediatamente detuvo el instrumento con la mano y dijo:

-¡Quieto, Canelo, que la señora está de morros!

A lo que ella contestó:

-¡Estoy de morros contigo! ¡El Canelo no me ha hecho nada!




Elogio


La mujer estaba desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. No estaba contenta con lo que veía y le dijo al marido:

-Me siento horrible, parezco vieja, gorda y fea. Necesitaría algún elogio para sentirme mejor.

El marido la miró y respondió:

-¡De la vista estás perfecta!




Reflejos en el espejo


La señora le dijo a su marido:

-No hemos comido carne en varios meses. Dame dinero para comprar al menos algo de carne picada.

-Ven conmigo -respondió el marido-.

Éste sacó de su cartera un billete de 500 euros y lo puso frente al espejo. Mientras le mostraba la imagen del billete reflejada en el espejo, le dijo a su mujer:

-¿Ves ese billete? Es tuyo.

Luego le puso frente a los ojos el billete y le dijo:

-¿Ves este billete? Es mío.

Él, con una sonrisa burlona, cogió el billete y lo volvió a guardar en la cartera. Esa noche, cuando él llegó a casa y encontró a su esposa en la cocina, acomodando en la nevera varios kilos de carne de excelente calidad, preguntó a su esposa, asombrado:

-¿De dónde ha salido toda esa carne?

-Ven conmigo -respondió la mujer-.

Lo llevó frente al espejo, se levantó la falda y le enseñó el reflejo de su trasero en el espejo.

-¿Ves ese culito? Es tuyo.

Añadió después, mostrándole el verdadero trasero:

-¿Ves este otro? Ahora es del carnicero.




Cartas de amor en la distancia

Un soldado español destinado en Irak recibió una carta de su novia desde Madrid. La carta decía lo siguiente:

"Querido Alberto: Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que te he sido infiel dos veces desde que te fuiste y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento. Por favor, devuélveme la foto que te envié. Con cariño, Sofía."

El soldado, muy herido, le pidió a todos sus compañeros que le regalaran fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas, etc. Junto con la foto de Sofía, incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigos. Había 57 fotos en el sobre y una nota que decía :

"Querida Sofía: Perdóname, pero no puedo recordar quién coño eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y me devuelves el resto."



Sin anestesia


Una mujer y su esposo tuvieron que interrumpir sus vacaciones para acudir al dentista.

-Necesito una extracción, pero sin anestesia, porque llevo mucha prisa -anunció la dama-. Extraiga la muela lo más rápido posible para que podamos irnos pronto.

Muy impresionado, el dentista exclamó:

-¡Qué valiente es usted, señora! ¿Cuál es la pieza?

La mujer se volvió a su marido y le dijo:

-Muéstrale la muela que te duele, cariño.

viernes

Chistes de parejas (4)


Sensibilidad masculina


Una mujer conoció a un hombre en un bar. Conversaron, congeniaron y terminaron marchándose juntos. Fueron al apartamento de él y, mientras él le enseñaba el lugar, ella advirtió que su dormitorio estaba lleno de ositos de peluche, todos bien acomodados; los más grandes en la repisa de arriba, los medianos en el centro y los pequeñitos abajo. La mujer quedó muy sorprendida de que un hombre tuviera esa colección de peluches, pero decidió no comentarle nada y se alegró de que él no tuviera miedo de mostrar su lado más sensible (ese que tanto les gusta a las mujeres). Ella lo miró a los ojos, se besaron y a los tres minutos ya estaban en la cama. Después de una intensa noche de pasión, ella, muy feliz con su hombre sensible, acurrucada junto a él, le preguntó:

-¿Y bien? ¿Qué tal estuvo?

-No estuvo mal... Puedes retirar tu premio de la repisa del medio.




¿Embriagado?


En la noche del 25º aniversario de bodas, el esposo llegó a casa complentamente borracho, arrastrándose por el suelo. Cuando su esposa lo vio, muy indignada, le dijo:

-¡Pero si estás complentamente borracho! ¡No lo puedo creer! ¿Por qué me haces esto en nuestra noche de aniversario?

-¿Yo? Sólo obedecí tus órdenes, mi amor... ¡hip!

-¿Qué órdenes, inútil?

-Leí tu nota, la que decía "¡Te espero esta noche 'embriagado', amorcito!".

La esposa, con un tremendo enfado, contestó:

-Decía "enviagrado", imbécil, "¡en-viagra-do!".





Dime algo bonito


La mujer estaba desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. No estaba muy feliz con lo que veía y le dijo a su marido:

-¡Me siento horrible! Parezco vieja, gorda y fea. Realmente necesito que me digas algo bonito...

El marido respondió:

-¡De la vista estás estupendamente!



Viaje a Australia

Llegó la mujer a casa y el marido estaba preparando una maleta. Ella preguntó:

-¿Qué estás haciendo?

-Estoy preparando una maleta.

-¿Y para qué?

-Para irme a Australia.

-¿Y para qué?

-Dicen que allí pagan 100 dólares por cada relación sexual.

La mujer, entonces, también se puso a preparar una maleta. Él preguntó:

-¿Qué estás haciendo?

-Estoy preparando una maleta.

-¿Y para qué?

-Para irme a Australia.

-¿Y para qué?

-Para ayudarte. ¡No creo que consigas sobrevivir con 100 dólares al mes!



Las estatuas

En el parque de María Luisa había dos estatuas de un hombre y una mujer y llevaban muchos años una enfrente de la otra. Una mañana se les apareció un ángel y les dijo:

-Como habéis sido unas estatuas ejemplares y habéis deleitado a mucha gente, voy a concederos lo que más ansiáis: la vida. Tenéis treinta minutos para hacer todo lo que queráis.

Al mover el ángel una mano, las dos estatuas cobraron vida. Las dos se miraron, sonrieron y corrieron detrás de unos arbustos. A los quince minutos, las dos estatuas salieron de los arbustos con las caras llenas de satisfacción.

-Todavía os quedan quince minutos. ¿Queréis continuar?

La estatua hombre miró a la estatua mujer y le dijo:

-¿Quieres volver a hacerlo?

-¡Claro que sí! -dijo la estatua mujer, sonriendo-. Pero esta vez tú agarras la paloma y yo me cago encima de ella.



Ex-novia borracha

Mi mujer y yo estábamos sentados en una mesa del bar. Yo me estaba fijando en una chica borracha que estaba sola en una mesa próxima y que balanceaba su copa en mi dirección. Mi mujer preguntó:

-¿La conoces?

-Sí -dije yo-. Ella es una antigua novia mía. Empezó a beber después de separarnos, hace ya bastantes años y, por lo que sé, nunca más ha vuelto a estar sobria.

-¡Dios mío! -contestó mi mujer-, ¡nunca pensé que alguien pudiese celebrar algo durante tanto tiempo!



La reencarnación

Dos campesinos, Juan y María, mientras se preparaban para ir al campo a realizar sus tareas, mantenían la siguiente conversación:

-Oye, Juan, ¿cómo es eso de la reencarnación?

-A ver, María, súbete a la burra, aquí junto a mí, y por el camino te lo explico.

Una vez en camino, cabalgando ya los dos sobre la burra, Juan le dijo:

-Mira, María, ¿ves aquella vaca? Esa puede ser tu tía Gertrudis en su nueva vida.

A continuación le dijo:

-Mira, ¿ves esos puercos que están allí, en el lodo? Pueden ser tu tío José y tu hermano Remigio, los que se ahogaron en el río.

María comenzaba a estar enfadada con las explicaciones de Juan.

-Mira, María, ¿y ves aquel perro roñoso? Ese puede ser tu primo Cipriano.

De repente, María comenzó a sollozar y Juan, sorprendido, le preguntó por qué lloraba.

-¡Ay, Juan, me siento muy triste!

-¿Pero por qué, María?

-¡Porque seguramente hemos venido montados en tu puta madre!



El marido de Doña Leonor

Doña Leonor le dijo a su vecina:

-¡Mi marido es tonto! Hace un buen rato lo mandé a comprar una barra de pan y aún no ha vuento. ¿Qué te apuestas a que vuelve sin ella?

En ese momento llegó el esposo de doña Leonor, con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡No te vas a creer lo que me ha pasado! Al bajar las escaleras me encontré con la vecina del segundo, esa mujer joven de enormes pechos y con un trasero que corta la respiración. Sin decir palabar, me agarró de la corbata y me introdujo en su piso. Me llevó hasta su habitación, me tiró sobre la cama, se desnudó por completo y me excitó de tal manera que sentí renacer en mí sensaciones olvidadas por completo. Le hice el amor tres veces seguidas, hasta saciarla por completo. Luego me vistió y me acompañó hasta la puerta, regalándome cientos de caricias. ¡Aún no me lo puedo creer, me siento en una nube!

Doña Leonor, volviéndose hacia su vecina, exclamó:

-¿Qué te dije? ¡Al tonto se le olvidó el pan!



Rescátame

Una pareja caminaba por la orilla del mar cuando la mujer preguntó:

-Mi amor, ¿si yo me tirara al agua tú saltarías a rescatarme?

-Si te digo que sí, ¿te tiras?



Remedio para el colesterol


Cuando ella regresó del médico, el marido, preocupado, le preguntó:

-Cariño, ¿qué te ha dicho el médico?

Ella respondió:

-A partir de hoy, no tendremos más relaciones sexuales. El médico me ha prohibido terminantemente las grasas.



Juegos de cartas

Dos parejas estaban jugando a la baraja. A Jorge se le cayeron unas cartas al suelo y, cuando se agachó para recogerlas, observó que la mujer de Pablo no usaba ropa interior y había abierto provocativamente sus piernas para que él la viera sin problemas. Algo incómodo, Jorge se golpeó la cabeza con la mesa y se levantó con cierto rubor en su rostro. Más tarde, Jorge fue a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Pablo lo siguió. Al llegar junto a él, le preguntó:

-¿Viste algo interesante debajo de la mesa?

Jorge admitió que sí, y ella continuó:

-¡Puede ser tuyo por sólo 500 euros!

Jorge se lo pensó sólo un momento y admitió estar interesado. Quedaron en encontrarse el viernes siguiente a las cuatro, cuando Pablo estuviera en la oficina.

Ese viernes, Jorge fue a casa de Pablo y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo no tenía, le pagó a la mujer los 500 euros acordados. Un rato después llegó Pablo y le preguntó a su mujer:

-¿Estuvo Jorge aquí esta tarde?

La mujer, un tanto sorprendida y asustada, respondió que sí.

-¿Y te dio 500 euros?

Ella pensó que él lo sabía todo y, temerosa, dijo:

-Sí, me los dio... ¿Por qué...?

-¡Ah, qué bien! -respondió Pablo-. Porque pasó por mi oficina esta mañana y me pidió 500 euros prestados. Me dijo que me los devolvería esta tarde al pasar por casa y que te los dejaría a ti si yo no estaba...



Madre de seis

Baltasar tenía seis hijos y estaba muy orgulloso de ello. Tan orgulloso estaba de sí mismo que comenzó a llamar a su esposa "madre de seis", aún sabiendo que a ella le molestaba que la llamara así.

Una noche Baltasar y su esposa fueron a una fiesta. Cuando llegó la hora de marcharse, él quiso saber si su esposa estaba lista para irse también, así que gritó con todas sus fuerzas:

-¿Nos vamos a casa, "madre de seis"?

Ella, irritada por la indiscreción de su esposo, le contestó gritando también:

-Cuando quieras, "padre de cuatro".



Recompensa inesperada

El hombre despertó aquella mañana con una tremenda resaca. La noche anterior se había corrido una enorme juerga fuera de casa. Bebió como un cosaco, ni siquiera se acordaba de cómo había regresado a su casa. Preso de un dolor de cabeza lacerante, doloridos todos los músculos del cuerpo, la garganta reseca, con un sabor en la boca a cobre y vinagre, tenía miedo aún de abrir los ojos, pues le esperaba, estaba seguro, la bronca de su mujer.

Abrió los ojos como pudo, y lo que vio lo descolocó. Sobre la mesita de noche había una pequeña nevera, llena de cubitos de hielo, con un par de cervezas bien frías. Al lado, había un par de Alka-Seltzers y un vaso de agua. Al lado del vaso había un sobrecito perfumado. El hombre, anonadado, abrió el sobre y en su interior halló una nota que decía: "Amor mío, vida de mi vida: perdona que no esté aquí para atenderte. Salí un momento, pero regresaré pronto para estar contigo. Te he dejado estas cosas sobre la mesita para que alivies el malestar que quizás sientas después de la borrachera de anoche. Te he preparado un caldito como a ti te gusta, pollo y res, que te espera en el comedor. Le pedí a nuestro hijo que te lo sirva y que esté pendiente de ti. Te dejo un beso con todo mi amor. Tu esposa que te adora".

El hombre no daba crédito a sus ojos. Bebió con deleite las dos cervezas bien frías, se bañó, se vistió y bajó al comedor. Ahí, en efecto, lo esperaba su hijo, que lo saludó con cariño y le sirvió el caldo preparado por su madre. Se lo tomó en silencio, mientra pensaba: "¿Qué esta sucediendo aquí? ¿Estaré soñando? ¿Será todo esto una vana ilusión de los sentidos?". Entonces se atrevió a preguntar, con timidez:

-¿Qué pasó anoche, hijo?

-Llegaste a las tres de la mañana, y venías en completo estado de ebriedad. Estrellaste el coche en la puerta del garaje, le diste una patada al gato, vomitaste en el salón y arruinaste la alfombra que mamá acababa de comprar, orinaste en la maceta. Luego te caíste en la escalera y ahí te quedaste, sin sentido. Tuvo que despertarme mamá para que la ayudara a llevarte a la cama.

-Y entonces, ¿por qué todo esto? ¿Por qué las cervecitas, la cariñosa nota, el estupendo caldito y todas estas atenciones?

Respondió el muchacho:

-Porque mamá te iba a desvestir en la cama y, cuando empezó a bajarte los pantalones, tu dijiste:

-¡Quieta, cabrona! ¡Que soy un hombre casado!



En la cama tampoco sirves

El esposo, de profesión médico, y la esposa se pelearon a la hora del desayuno. Él, furioso, se puso en pie y le dijo:

-Y, por cierto, ¡que sepas que en la cama tampoco sirves!

Dicho esto, dio un portazo y se fue al trabajo. Al cabo de un rato, recapacitó sobre lo grosero que había sido y decidió intentar arreglar las cosas, así que llamó a su casa. Ella no cogió el teléfono hasta que hubo sonado varias veces. El esposo, muy irritado por la espera, le preguntó:

-¿Por qué has tardado tanto en contestar al teléfono?

Ella dijo:

-Estaba en la cama.

-¿En la cama tan temprano? ¿Qué estabas haciendo?

-Buscando una segunda opinión.



Clases de canto

Una pareja de recién casados acababa de mudarse a un nuevo barrio. A las dos semanas, la chica se inscribió en un curso de canto. Siempre que ella empezaba a ensayar, el esposo salía a la calle y se sentabe enfrente de la entrada a la casa. Allí esperaba a que su esposa finalizara. Extrañada, un día ella le preguntó:

-Mi amor, ¿por qué cuando yo canto tú sales a sentarte frente a la entrada de la casa?

-Mi cielo, es que no quiero que los vecinos piensen que te estoy pegando.



Espantosa pesadilla

La pareja dormía profundamente cuando, de improviso, él comenzó a gritar desesperadamente. Ella se despertó, asustada, y encendió la luz. Su marido estaba sentado en la cama, bañado en un sudor frío, con los cabellos erizados y los ojos a punto de salirse de sus órbitas.

-¿Qué te pasa? -preguntó ella-.

-Tuve una espantosa pesadilla.

-¿Qué soñaste?

-Soñé que Angelina Jolie, Cameron Diaz, Salma Hayek y tú os estabais peleando por mí.

La mujer, confusa, le dijo:

-¿Y dónde está la pesadilla?

Sin dejar de temblar, respondió él:

-¡Ganaste tú!



Adulterio clerical

El marido llegó a casa y sorprendió a su mujer yaciendo en el lecho conyugal con un desconocido. Desconocido para él, que no para ella, pues ésta no cesaba de dirigirse a él, empleando para ello la familiaridad del tuteo: "¡Sigue, sigue, dale, dale, no pares!". Al lado de la cama, sobre una silla, estaba la ropa de él: un traje negro, una camisa blanca y un alzacuello, por lo que el avispado marido dedujo que se trataba de un clérigo. Al verse sorprendido, el fogoso amante saltó de la cama y, avergonzado, se dirigió al cornudo marido en estos términos:

-Keiner ist ohne Fehler. Die Liebe ist blind.

Esta alemana frase, que traducida al castellano vendría a significar "Nadie está libre de defectos. El amor es ciego", fue la única pronuncidad por el clérigo, quien acto seguido tomó sus ropas y comenzó a vestirse. El marido se giró hacia su mujer y, furioso, le preguntó:

-¿Qué siginifica esto?

-Tendrás que buscarte un traductor. Desconozco por completo la lengua germánica.

-¡No me refiero a eso, zorra miserable! Lo que quiero saber es quién es este individuo.

-¿Ya no te acuerdas? -respondió ella con una leve sonrisa-. Te dije que quería comprarme un perro chihuahua, pero tú me aconsejaste que sería mejor un pastor alemán.



Unas gafas para la novia

Un amigo mío se fue a Madrid en viaje de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista, y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas entró en una óptica. Después de ver unas cuantas se decidió por unas y se las compró. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger el paquete con las gafas cogió otro muy parecido que había al lado. El paquete contenía unas bragas que una clienta de la óptica acababa de comprarse en una corsetería. Mi amigo, que no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió el paquete a su novia, junto con una carta. La novia, al recibirlo, se quedó extrañadísima con el contenido, así que abrió la carta y leyó:

"Querida Marta:

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo llevando las mismas y éstas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando. Espero haber acertado con el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda, de hecho me enseñó las suyas y eran iguales.

Yo, para comprobar si eran ligeras, las cogí y me las probé allí mismo. No sabes cómo se rio la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos, y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos muy prominentes. Una chica que había allí me ayudó también a decidir. Me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto. A esta chica le lucían menos que a la dependienta, porque el pelo se las tapaba un poco por los lados, pero aún así me pareció que le favorecían muchísimo.

Finalmente me decidí y te las compré. Póntelas y se las enseñas a tus padres, hermanos y, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te sentirás rara, acostumbrada a ir con las viejas, y últimamente a no llevar ningunas, pero sobre todo mira que no te estén pequeñas, que si no te van a dejar señal cuando te las quites.

¡Ah! Y ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que se te caigan cuando vayas andando. Para que te sean útiles y resulten más bonitas me han aconsejado que las limpies muy a menudo. Igualmente me recomendaron que tengas cuidado con los roces porque se acaban estropeando. Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tú tienes la costumbre de quitártelas en cualquier parte.

En fin, para qué te voy a decir más. Estoy deseando vértelas puestas. Creo que éste es el mejor regalo que podía hacerte. Un beso de tu Carlos."



Yo también te...

La muchacha le dijo a su novio:

-Cariño, te voy a decir dos palabritas que nos unirán para toda la vida.

Preguntó el, emocionado:

-¿Qué palabritas son esas, mi vida?

La chica le murmuró al oído:

-Estoy embarazada.



Suerte


Mi esposa tiene una suerte extraordinaria. Hace pocos días se encontró tirado en la calle un abrigo de visón que, por una notable casualidad, tenía sus iniciales bordadas en el forro. Más tarde ganó en una rifa un coche descapotable último modelo. Anteayer encontró en un cubo de basura un collar de perlas auténticas y un anillo de brillantes. ¡Es impresionante! En cambio yo no tengo ninguna suerte. Bien es cierto que ayer encontré en un cajón de nuestra habitación un pijama casi nuevo, pero me queda demasiado grande...


Más chistes de parejas

Otros chistes (4)

La tortuga obstinada
Una pequeña tortuga comenzó a trepar a un árbol, lenta y penosamente. Después de varias horas consiguió subir a la rama más alta. Una vez allí, la tortuga se lanzó al vacío, dándose un golpe tremendo contra el suelo. Al cabo de un rato, ya repuesta del golpe, la tortuga volvió a trepar al árbol, esta vez con más dificultad aún. Al llegar arriba volvió a lanzarse al vacío, con resultados aún más dolorosos que la vez anterior. Pasó otro buen rato hasta que la tortuguita se recuperó, y con las pocas fuerzas que le quedaban volvió a iniciar el ascenso. En una rama de ese árbol, una pareja de palomas observaban, con pena, a la tortuguita. Una de ellas dijo a la otra:

-Querido, ¿no te parece que ha llegado el momento de decirle a la tortuguita que es adoptada?



Consejos de madre
La mujer vio que su hija ya estaba preparándose para la cita de esa noche con su jefe, quien la había invitado a salir por primera vez. Mientras la chica, que tenía 18 años recién cumplidos, se maquillaba, la madre empezó a llorar.

-Qué pasa, mamá?

-Es que yo sé lo que va a pasar esta noche, hija.

-¿Qué va a pasar esta noche, mamá?

-Esta noche, hija, tu jefe te va a llevar a cenar a uno de esos lugares con velas y músicos que tocan el violín entre las mesas. Después, te va a llevar a bailar y a tomar una copa en algún lugar oscuro y, mientras estéis bailando, te va a decir lo linda que eres y todo eso...

-Bueno, mamá, ¿y qué tiene eso de malo?

-Que después te va a invitar a su apartamento. Yo ya sé como va a pasar todo.

-¿Y?

-Y el apartamento va a ser uno de esos pisos modernos que tienen un balcón desde donde se ve el río. Y entonces, mientras miráis por el balcón, él va a poner música y va a destapar una botella de champagne. Va a brindar por ti y por el encuentro, y te va a invitar a mostrarte la casa. Y ahí es donde podría llegar la tragedia.

-¿Quél tragedia, mamá?

-Cuando lleguéis al dormitorio, él te va a mostrar la vista desde allí y te va a dar un beso. Eso no me asusta. Pero después, hijita, después él te va a enseñar la cama y se va a tirar encima de ti. Y si tú permites que se acueste encima de ti, ¡yo me muero! Y si yo me muero tú vas a cargar con esa culpa el resto de tu vida... ¿Entiendes por qué lloro, hija? Lloro por ti, por tu futuro.

-Bueno, mamá, quédate tranquila. No creo que pase eso que tú dices.

-Acuérdate, hija, acuerdate. ¡Yo me muero, acuérdate!

A la hora señalada, un coche de importación carísimo se detuvo frente a la puerta de la familia. Tocó la bocina, la hija salió, subió al coche y éste partió. A las cinco de la mañana, la chica regresó a casa. La madre, por supuesto, estaba despierta, sentada en el sillón.

-¿Que pasó, hija? Cuéntale todo a tu madre.

-Mamá, ¡es increíble! Todo fue como tú me dijiste. El restaurante, el baile, el apartamento, todo...

-¿Y?

-Pero cuando llegamos al dormitorio y él quiso subirse encima de mí, yo me acordé de ti, mamá. Me acordé de la culpa que me iba a quedar si tú te morías.

-Muy bien, hijita. Así que te fuiste...

-¡No! Me acosté yo encima de él. ¡Que se muera su madre!



Loro maleducado
Ricardo recibió un loro por su cumpleaños. Era ya un loro adulto, con muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada con algúna taco, y siempre con muy mal genio. Ricardo trató desde el primer día de corregir la actitud del loro hablándole con palabras bondadosas y con mucha educación. Le ponía siempre al loro música suave y lo trataba con mucho cariño.

Pero llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y gritó al loro. Éste se puso más grosero aún, por lo que, en un momento de desesperación, Ricardo metió al loro en la nevera. Durante un par de minutos pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el interior del frigorífico, hasta que finalmente se hizo el silencio. Después de un rato, Ricardo, temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta de la nevera. El loro salió y, con mucha calma, subió al hombro de Ricardo y dijo:

-Siento mucho haberte ofendido con mi lenguage y actitud. Te pido me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.

Ricardo se quedó muy sorprendido por el tremendo cambio de actitud del loro. Estaba a punto de preguntarle qué le había hecho cambiar de esa forma cuando el loro continuó hablando:

-¿Puedo hacerte una pregunta...? ¿Qué es lo que hizo el pollo?



Ven a gozar al infierno
Un hombre murió y fue directo al infierno. Mientras lloraba desesperadamente, tuvo su primer encuentro con el diablo:

-¿Qué te pasa, cabrón? -le soltó el diablo nada más verlo-.

-¿A ti qué te parece? ¡Estoy en el infierno!

-Esto no está tan mal. Actualmente tenemos un montón de diversión aquí. ¿Te gusta beber?

-Me encanta el alcohol.

-Bueno, entonces vas a amar los lunes. Los lunes todo lo que hacemos es beber whisky, tequila, vino... Bebemos hasta que reventamos, y luego bebemos un poquito más.

-¡Vaya, suena muy bien!

-¿Fumas?

-Como un carretero.

-¡Perfecto, vas a amar los martes! Conseguimos los cigarros más finos de todo el mundo y fumamos hasta que vomitamos los pulmones. Y no hay que preocuparse por el cáncer: ¡ya estás muerto!

-¡Fantástico!

-Apuesto a que te gusta el juego.

-La verdad es que sí.

-¡Bien! Porque los miércoles es el día del juego: ruleta, black jack, carreras de caballos..., lo que quieras. Hasta hemos abierto una mesa de strip-poker.

-¡Mierda, nunca antes había jugado al strip-poker!

-Bueno, ahora puedes. ¿Te gustan las drogas?

-¡Amo las drogas! ¿No querrás decir que...?

-¡Exacto! Los jueves es el día de las drogas. Puedes meter tu cabeza en un bol de crack, fumar un porro del tamaño de un submarino... Puedes hacer lo que quieras con las drogas y, si se te va la mano con la dosis, no hay problema: ¡ya estás muerto!

-¡Joder! ¡Nunca imaginé que el infierno fuera un lugar tan bueno!

-¿Eres gay?

-¡No!

-¡Uf...! ¡Entonces vas a odiar los viernes!



Una gitana en la farmacia


Una gitana entró a una farmacia y pidió un frasco de Frecuencia. La farmacéutica la miró y le dijo:

-Oiga, señora, en mis 30 años de experiencia en esta profesión nunca he oído ese producto. ¿Es algún tipo de perfume nuevo?

La gitana respondió:

-¡Y yo que sé! ¡El ginecólogo fue el que me dijo que me lavara el chirri con Frecuencia!



La pata de palo

Un hombre hacía cola para coger el autobús, acompañado de sus doce hijos pequeños. Junto a ellos, había un señor de mediana edad, con una de sus piernas de palo. Llegó el autobús y subieron los chiquillos, ocupando todas las plazas libres. Los dos adultos subieron y tuvieron que quedarse de pie. Cuando el autobús arrancó, el señor de la pata de palo perdió por un momento el equilibrió y se fue hacia atrás, haciendo un ruido inconfundible: "toc, toc, toc, toc...". Cuando el autobús frenó, sucedió lo mismo, sólo que ahora el minusválido se fue hacia delante ("toc, toc, toc, toc..."). Lo mismo sucedía cada vez que el autobús se ponía en marcha o frenaba. Después de algunas paradas más, el padre de familia numerosa, visiblemente nervioso por los sonidos del cojo, le dijo:

-Disculpe usted, pero me gustaría hacerle una sugerencia. ¿Por qué no coloca una gomita en la punta del palo? Seguro que con eso va a amortiguar mucho el ruido e incomodará menos a todos.

Inmediatamente, el hombre respondió:

-Le agradezco la sugerencia, pero si usted también se hubiese puesto una gomita en la punta del suyo hace algunos años, ahora mismo estaríamos todos cómodamente sentados.



La tonta


La chica se levantó por la mañana y dijo:

-Jo..., a levatase otave, otave, como todo lo dia...

Mientras se vestía, dijo:

-Jo..., otave, a vetise otave, como todo lo dia...

Subió al coche, se detuvo ante un semáforo y dijo:

-Jo..., otave el semáforo en rojo, otave, como todo lo dia...

Cuando el semáforo cambió, siguió conduciendo. Al poco rato la detuvo un guardia civil. Nada más bajar la ventanilla, el guardia civil se bajó la bragueta. Ella dijo:

-Jo..., otave, otave la pueba de la alcolemia, como todo lo dia...

Chistes cortos (4)


Un huevo le dijo a un tomate:

-¿Qué vas a ser cuando seas grande?

-Un tomatón. ¿Y tú?

El huevo se echó a llorar.

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-¡Mamá, mamá, en la escuela hay un chico que me llama mariquita!

-¿Y por qué no le pegas?

-¡Es que es tan lindo...!

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-Do you speak English?

-¿Cómo dice?

-Do you speak English?

-¡Señor, no le entiendo!

-Le preguntaba que si habla usted inglés.

-¡Ah, sí, perfectamente!

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-Mamá, mamá, en el colegio me dicen "fin de semana".

-¿Por qué, Domingo?

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¿Por qué los funcionarios son ateos?

Porque no son capaces de imaginar una vida mejor.

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-¡Mamá, mamá, en la escuela me llaman peludo!

-¡Manolo, el perro habla!

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-Cariño, ¿me seguirás queriendo cuando nos casemos?

-¡Por supuesto! Siempre he sentido debilidad por las mujeres casadas.

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La última pelea fue por mi culpa. Mi mujer preguntó:

-Cariño, ¿qué hay en la tele?

Y yo respondí:

-¡Bastante polvo!

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-Mamá, mamá, ¿por qué las novias el día de su boda van vestidas de blanco?

-¡Ay hija!, porque ese es el día más feliz de su vida.

-¡Ahhhh! ¿Y por qué los novios van vestidos de negro, como si estuvieran de luto?

-¡Ellos van de luto porque van a enterrar a su mejor amigo!

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El juez, dirigiéndose a la testigo, le dice:

-Señora, por favor, dígame su edad.

-25 años, señoría.

-¡Muy bien, la felicito! Y ahora que ya hemos salvado este obstáculo... ¿jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?

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-Hola, guapa, ¿quieres bailar?

-No, gracias.

-¿Y eso?

-Es mi amiga, pero tampoco baila.

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-Mi amor, hoy es el décimo aniversario de nuestro matrimonio, ¿qué te parece si matamos un pavo?

-¿Y qué culpa tiene el pobre pavo? ¿Por qué no matamos al cabrón de tu hermano, que fue quien nos presentó?

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-Oye, ¿tú tienes algún hobby?

-Si, las mujeres y la caza.

-¿Y qué cazas?

-Mujeres.

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-¿Viste la fortuna que ha hecho Henry Ford con los coches?

-¿Y qué me dices de la que hizo su hermano Roque con los quesos?


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jueves

Chistes cortos (3)


-¿Se enfadó mucho ayer tu mujer por quedarte un rato más jugando a las cartas?

-¡No! ¡Total, estos cuatro dientes que me faltan me los tenía que sacar en cualquier momento!

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-¡Cipriano, que te acaban de robar el coche en la plaza!

-¡Mierda! ¿Y no habéis hecho nada para impedirlo, huevones?

-¿Cómo que no? ¡Mira, hemos cogido la matrícula!

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Un turista canadiense preguntó en una tienda de música de La Habana:

-¿Tiene la canción "Morir de amor", por las Hermanas Fabrisa, en 45 revoluciones?

-No -contestó el dependiente-, pero tenemos "Morir de hambre", por los Hermanos Castro, en una sola revolución.

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Conversación en la playa:

-¡Mira, mira! Tu marido está intentando ligar con una sueca.

-¡Ja, ja, ja...!

-¿Tu marido intenta ligar y tú te ríes?

-¡Sí! ¡A ver cuánto aguanta metiendo la barriga para dentro!

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Una hermosa joven llegó, semidesnuda y con la ropa destrozada, a la tienda de campaña en la que pernoctaba con otra amiga exploradora:

-Pero chica, ¿qué te ha pasado?

-¿Sabes? ¡Fíjate que el tan nombrado Yeti no es tan abominable como dicen...!

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-Te voy a dar un consejo de amigo: corre las cortinas de la habitación de tu casa, porque a eso de las nueve todos los vecinos ven cómo haces el amor con tu mujer.

-¡No me hagas reír! ¡Si yo a las nueve nunca estoy en casa!

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-Llevo casado veinte años y sigo enamorado de la misma mujer.

-Eso es maravilloso. ¡Qué bonito...!

-¿Sí? ¡Pues como se entere mi mujer me mata!

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-¡Berta, dime la verdad! ¿Cúantos años tienes?

-25.

-¡Pero si me dijiste 25 el año pasado!

-¡A ver si te piensas que soy de esas que primero dice una cosa y después otra...!

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-Doctor, me tiemblan muchos las manos.

-¿No será que bebe demasiado alcohol?

-¡Qué va, si lo derramo casi todo...!

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-¿Cómo se va a casar tu hermana con este señor tan feo, jorobado, sin un ojo y sin una pierna? -le susurra al oído Marta a su amiga-.

-Puedes hablar en voz alta, es sordo.

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-Doctor, he perdido la memoria.

-¿Desde cuándo?

-¿Desde cuándo qué?

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-Amigo, tiene usted una salud perfecta. ¡Vivirá hasta los 80 años!

-Pero doctor, yo tengo 80 años ahora.

-¿Lo ve? ¿Qué le dije?

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-Mi marido y yo somos inseparables.

-¿Siempre estáis juntos?

-No, pero cuando nos peleamos se necesitan hasta ocho vecinos para poder separarnos.

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-Oye, Pepe, ¿para ti qué es peor: la ignorancia o la indiferencia?

-A mí esas cosas ni las sé ni me importan...


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Otros chistes (3)

Misterios de la naturaleza
A una aldea africana, en la que sólo habitaban nativos negros, llegó un antropólogo blanco procedente de Europa. Un día, uno de los nativos acudió indignado a buscar al científico y le dijo:

-Mi esposa ha dado a luz a un quinto hijo, pero salió blanco. ¿Cómo explicas eso?

A lo que el antropólogo respondió:

-Tranquilo, hombre, no te precipites. Éste es uno de los muchos misterios de la naturaleza; es lo mismo que, por ejemplo, esa pequeña cabra negra en ese rebaño de cabras blancas.

El nativo se quedó pensativo un instante y luego dijo:

-Mira, vamos a hacer un trato: yo paso por alto lo de mi hijo blanco y tú no le dices nada a nadie lo de la cabra negra.



Permiso para ordeñar
Una chica de ciudad fue al campo de paseo y le preguntó a un campesino:

-Señor, ¿me dejaría usted ordeñar?

-¡Claro que sí!

Agarró la banqueta y se puso a ordeñar al animal. El campesino la miraba y se rascaba la cabeza. La muchacha lo vio y dijo:

-¿Verdad que le sorprende que alguien de la ciudad sepa ordeñar?

-¡No! El que debe estar sorprendido es el toro. ¡Es la primera vez que lo ordeñan!



Hombre rico, hombre pobre


Le dijo un rico a un pobre:

-En mi casa comemos a la carta: ¡lo que pedimos nos lo sirven!

Le replicó el pobre al rico:

-En mi casa también comemos a la carta: ¡el que saca la más alta come!



Desnudo para comprar

Llegó Manolo corriendo a la tienda de deportes. Iba completamente desnudo, pero calzado con unas zapatillas. Ante la sorpresa de clientes y vendedores, el encargado le preguntó:

-¿Qué necesita, señor?

-Quiero una camiseta como la de Beckham, con el número 23, para mí -respondió Manolo-.

El encargado tomó una camiseta de la talla de Manolo y la extendió en el mostrador.

-¿Cuánto cuesta?

-Son 60 euros.

-¡Me la llevo! Aquí tiene sus 30 euros -dijo Manolo, entusiasmado-.

-Disculpe, creo que me ha entendido mal, le dije 60 euros.

-Le he entendido perfectamente. Aquí tiene sus 30 euros, y deme la camiseta -insistió Manolo-.

-¡Escúcheme! -exclamó el encargado-. Si le digo 60, es porque vale 60 y no 30...

Manolo, ya enfadado, respondió:

-Entonces, ¿por qué tenéis ese cartel en el escaparate?

-¿A cuál de ellos se refiere?

-A aquél, el que pone: "En pelotas y zapatillas, 50% de descuento".




El monito

Entró un hombre a un bar llevando a un monito con una correa. Se sentó, pidió un whisky para él y un zumo de banana para el mono. El animal se tomó el zumo, tiró el vaso al suelo y comenzó a correr por todo el bar, pegando gritos y destrozándolo todo a su paso. Finalmente llegó a la mesa de billar, se detuvo sobre ella, vio la bola blanca que estaba sobre la mesa, la agarró y se la comió. El dueño del bar, enfurecido, le recriminó al hombre:

-¡Oiga usted! ¡Ese mono suyo es un salvaje, primero me destroza el bar y después se come mi bola de billar! ¡Los voy a echar a patadas a usted y a ese bicho de mierda!

El hombre, avergonzado, respondió al dueño:

-No se preocupe, amigo, yo le pago por todos los daños.

Dicho esto, dejó sobre la mesa un fajo de billetes y se marchó.

Al cabo de una semana, volvieron el hombre y su monito al mismo bar. El hombre pidió una copa para él y un zumo de banana para el mono. El mono, esta vez, se comportó correctamente: se tomó su zumo y se puso a caminar mesa por mesa, pero sin romper nada. Finalmente vio sobre una mesa un helado con una cereza encima. Cogió la cereza, la miró bien y procedió a metérsela en el culo con toda delicadeza. La sacó, la volvió a mirar y se la comió. El dueño del bar, indignado, otra vez le recriminó al hombre:

-¡Oiga! ¡Ese bicho suyo es asqueroso! ¿Vio lo que hizo? Delante de todos mis clientes, se metió una cereza en el culo y después se la comió.

El hombre, tranquilamente, respondió:

-Mire, tiene usted que comprenderlo, con lo que le costó cagar la bola de billar ahora, antes de comer cualquier cosa, ¡primero la mide!




Sembrando patatas

Un anciano, que vivía solo, quería sembrar patatas en su huerto, pero arar la tierra era un trabajo demasiado pesado para un hombre de su edad. Su único hijo, José Ángel, que solía ayudarlo, estaba preso por homicidio. El anciano decidió escribirle una carta a su hijo, explicándole su problema:

"Querido José Ángel:

Me siento mal porque no voy a poder sembrar mi huerto con patatas este año. Estoy muy viejo para arar las parcelas. Si tú estuvieras aquí, todos mis problemas desaparecerían. Sé que tú me ayudarías removiendo la tierra.

Te quiere,

Papá"

Pocos días después, el hombre recibió una carta de su hijo:

"Querido papá:

Por el amor de Dios, papá, no vayas a remover la tierra del huerto. Precisamente allí es donde enterré uno de los cuerpos (el que la policía nunca pudo encontrar).

Te quiere,

José Ángel"

Al día siguiente, a las cuatro de la madrugada, la policía del condado y agentes del F.B.I. irrumpieron en casa del anciano con una orden del juez y removieron toda la tierra del huerto, sin encontrar ningún cuerpo. Se disculparon con el anciano y se fueron. Ese mismo día, el hombre recibió otra carta de su hijo:

"Querido papá:

Ahora ya puedes sembrar tus patatas. Disculpa las molestias, pero dadas las circunstancias es lo mejor que pude hacer para ayudarte.

Te quiere,

José Ángel"

Otros chistes




Fiesta de navidad

Primer correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: Fiesta de Navidad anual
Fecha: 1 de diciembre

Os comunico a todos, con muchísimo gusto y suficiente tiempo para que podáis adaptar vuestros compromisos, que la fiesta de Navidad de la empresa tendrá lugar el 23 de diciembre y empezará a las 14:00 horas en el restaurante "Asador de Pedro". El dueño, Pedro, nos ha prometido que la copa final será por cuenta de la casa. Una pequeña banda amenizará el evento con canciones navideñas tradicionales. Se hará también un pequeño concurso de villancicos con premio al mejor coro y solista. Por tanto, todo aquel que se quiera apuntar será bienvenido. Recordadlo bien, hay dos modalidades: solistas y coros.

El jefe tiene una importante comunicación que hacernos y aprovechará para ello esta grata ocasión. El intercambio de regalos entre los empleados podrá llevarse a cabo a cualquier hora. Sería de desear que el precio de dichos regalos no sobrepasase los 6 euros, a fin de que este gesto no pese en los bolsillos de nadie.

¡Feliz Navidad a todos y a vuestras respectivas familias!
Atentamente,

Aránzazu
Departamento RR.HH.



Segundo correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: Fiesta de Navidad anual. 2ª comunicación
Fecha: 2 de diciembre

De ninguna manera mi circular de ayer quería excluir a nuestros empleados judíos, que, como todos sabemos, no celebran la Navidad cristiana. Es más, reconocemos la importancia del Hanukah, que suele coincidir normalmente con la Navidad, aunque no este año. Lo mejor será que, a partir de ahora, hablemos de la fiesta de las vacaciones de diciembre. Por ello no se cantarán villancicos y se dispondrá otro tipo de música para amenizar la fiesta.

Atentamente,

Aránzazu
Departamento RR.HH.



Tercer correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: Fiesta de Navidad anual. 3ª comunicación
Fecha: 3 de diciembre

Con referencia a la nota del miembro de Alcohólicos Anónimos, recibida ayer a última hora en este departamento, en la que se solicita la instalación de una mesa donde no se beba, este departamento tiene la obligación de comunicar al remitente de la misma que la dirección de la empresa está estudiando si debe o no considerarlo, ya que se trata de un anónimo, pues el autor ha omitido identificarse. No obstante, la dirección ha dejado en mis manos este asunto y, por lo que a mí respecta, no tengo inconveniente, estaré encantada en poder satisfacer la mencionada petición. Ahora bien, si reservo una mesa con un cartel tipo "Reservado para A.A.", el anónimo secreto pasará a ser una pregonada revelación pública. Por tanto, creo justo determinar la estupidez de tal petición y recomendar al implicado o implicados que, simplemente, se abstengan de beber.

Por otro lado, lamento comunicar a todos los empleados que queda abolido y terminantemente prohibido el intercambio de regalos, ya que los compañeros del comité de empresa han acordado que 6 euros es demasiado dinero y, en cambio, los ejecutivos y directivos piensan que esa cantidad es miserable (textualmente, "una puta mierda") para poder hacer un regalo en condiciones.

Atentamente,

Aránzazu
Departamento RR.HH.



Cuarto correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: Fiesta de Navidad anual. 4ª comunicación
Fecha: 7 de diciembre

¡Da gusto trabajar en una empresa tan variopinta! ¿Quién me iba a decir a mí, este año, que el Ramadán comienza el 20 de diciembre? No tenía ni puta idea; y esto, la verdad, anímicamente me afecta muchísimo, porque hasta he llegado a pensar qué hostias pinto yo en el departamento de Recursos Humanos si no sé cuando empieza cada año el Ramadán, que es el mes del calendario musulmán en el que está prohibido comer o beber mientras haya luz del día. Este hecho complica mucho la fiesta, porque somos conscientes de cuánto una comida de empresa puede herir la sensibilidad de nuestros empleados musulmanes. Quizá el "Asador de Pedro" pueda esperar a servir los platos al final de la fiesta; total, en esta época del año, los días son muy cortos y no creo yo que les cause excesivo trastorno esperar a servir la comida a la hora de la cena.

En tanto estudiamos las posibles alternativas, se informa a todos los compañeros trabajadores de que, sin intención discriminatoria, los diabéticos se colocarán en los sitios más alejados de donde estén los dulces, las embarazadas cerca de los lavabos, los homosexuales podrán estar juntos en una misma mesa o compartir mesa con compañeros heterosexuales si así lo desean, las lesbianas no estarán obligadas a sentarse con los gays, ya que dispondrán de mesas suficientes para ellas solas. Los 5 trabajadores que han comunicado al departamento que son travestidos podrán acudir a la fiesta con la ropa que estimen más oportuna, siempre que no lo hagan de drag-queens, en aras a cuidar la imagen de ésta empresa centenaria. Los que estén a dieta deberán entregar al departamento de RR HH, al menos con 6 días de antelación, una lista de los alimentos prohibidos.

Atentamente,

Aránzazu
Departamento RR.HH.



Quinto correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: Fiesta de Navidad anual. 5ª comunicación
Fecha: 9 de diciembre

Os ruego tener un poquito más de espíritu festivo, ¡por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! Aprovecho esta oportunidad para notificaros que la empresa, en vista de ciertas actitudes, ha cambiado de idea, y ya no hará ninguna comunicación importante durante la fiesta. La misma será notificada, por correo certificado, a los respectivos domicilios de los empleados.

Atentamente,

Aránzazu
Departamento RR.HH.



Sexto correo

DE: Aránzazu (Departamento de Humanos)
A: Todos los empleados
OBJETO: La Puta Fiesta de Navidad anual. 6ª comunicación
Fecha: 11 de diciembre

PUES NO, NO TENGO NI PUTA IDEA DE LO QUE OS VAN A COMUNICAR POR CORREO CERTIFICADO, Y ME IMPORTA TRES COJONES DE PATO LO QUE OS DIGAN, AUNQUE ESPERO QUE SEA EL DESPIDO MASIVO DE TODOS VOSOTROS, ¡HIJOS DE LA GRAN PUTA! ADEMÁS, QUEDA CLARO QUE, AL QUE SE LE OCURRA CAMBIAR DE DIRECCIÓN EN ESTOS DÍAS, LO RAJO PERSONALMENTE.

¡EFECTIVAMENTE, HE PENSADO EN LOS VEGETARIANOS¡ ¡CÓMO NO IBA A PENSAR EN LOS JODIDOS VEGETARIANOS! Y, ENTRE UN BUEN NABO O UN PEPINO ENORME, QUE VAYAN ELIGIENDO LO QUE SE VAN A METER ESE DÍA POR EL CULO. ¡YA OS HE DICHO MIL VECES QUE LA FIESTA SE HARÁ EN EL "ASADOR DE PEDRO"! POR TANTO, HABRÁ CARNE... ¡MUCHA CARNE! ¡MUCHÍIIIIIIIISIMA CARNE! ¡Y AL QUE NO LE GUSTE QUE SE JODA Y SE TRAIGA LA FIAMBRERA DE SU PUTA CASA!

ESPERANDO QUE TENGÁIS LAS FIESTAS DE NAVIDAD Y FIN DE AÑO MÁS DESAGRADABLES DE VUESTRAS VIDAS, Y QUE SE OS MUERA EL PERRO.

Os odia profunfamente,
Aránzazu
Departamento RR.HH.



Último correo

DE: Anselmo Donosorro (Director de RRHH)
A: Todos los empleados
OBJETO: Aránzazu y Fiesta de Navidad anual. Comunicación Final
Fecha: 18 de diciembre

Como todos ustedes saben, nuestra querida compañera Aránzazu ha sufrido en los últimos días una crisis de salud, hecho que anteayer motivó su ingreso urgente en el sanatorio para enfermos mentales "Virgen de la Cabeza". Por tal motivo, y dadas las circunstancias, imagino que entenderán que es obligación de este departamento suspender la fiesta que ella organizaba, año tras año, con auténtica entrega, maestría y exquisito esmero.

Un saludo

ANSELMO DONOSO
Director Recursos Humanos




Ambigüedades

Un individuo se acercó a la barra de un bar y el camarero le preguntó:

-¿Qué va a ser?

El hombre, muy serio, respondió:

-Arquitecto, voy a ser arquitecto.

El camarero, sorprendido, repitió la pregunta de otra manera:

-Quiero decir que qué desea.

-¡Hombre, deseo terminar la carrera en 5 años!

El camarero, empezando a impacientarse, replicó:

-No me ha entendido. ¿Qué va usted a tomar?

-¡Ah, sí! Pues no sé. ¿Qué hay?

El camarero respondió:

-Pues ya ve, aquí, de camarero, vamos tirando. No se gana mucho, pero hay cosas peores.




Maldición

Un hombre acudió a la consulta de a un brujo:

-Señor brujo, quisiera saber si usted puede deshacer una maldición que me fue echada hace cuarenta años.

El brujo contestó:

-¡Claro que puedo! Pero necesito saber las palabras exactas que fueron utilizadas en la maldición para poder preparar el conjuro.

El hombre, sin titubear, respondió:

-"Yo os declaro marido y mujer".




Consulturio sentimental

¿Alguna vez os habéis preguntado el motivo por el que en los consultorios sentimentales de las revistas sólo trabajan mujeres? ¿Qué pasaría si encargaran a un hombre ocuparse de la sección?


CONSULTA

Apreciado Álvaro:

Espero que me pueda ayudar. El otro día, temprano, me fui a trabajar dejando a mi marido en casa, viendo televisión. Había recorrido poco más de un kilómetro cuando el motor empezó a sonar y el auto se paró. Me volví rápidamente a casa para pedirle ayuda a mi marido. Cuando llegué y entré no pude creer lo que vi. Mi marido estaba en nuestra habitación con la hija de la vecina. Yo tengo 32 años, mi marido 34 y la muchacha 22. Estamos casados desde hace 10 años. Cuando le pregunté, me confesó que tenían relaciones desde hacía 6 meses. Le dije que debía terminar con eso y me prometió que la dejaría. Me aclaró que lo echaron del trabajo y desde entonces ha estado muy deprimido. Yo le quiero mucho, pero desde que le di ese ultimátum ha estado muy callado, ausente y distante. Temo que se vaya y me abandone. Estoy desesperada. ¿Qué debo hacer?

Anticipadamente agradecida, Sofía.


RESPUESTA

Querida Sofía:

Cuando un coche se para, después de haber recorrido una distancia corta, puede ser debido a una serie de factores. Comienza por verificar si el depósito tiene gasolina. Después fíjate si el filtro no está tapado. Verifica también si tiene algún problema con la inyección electrónica. Si nada de eso resuelve el problema, puede ser que la bomba de gasolina tenga algún defecto y no deje pasar la suficiente cantidad. Espero haberte ayudado.

Sinceramente, Álvaro




Corte de pelo

Llegó un hombre a la peluquería y le dijo al peluquero:

-¿Me puedes cortar el pelo más largo del lado derecho que del izquierdo, en capas de atrás, de punta en el medio, que no se pueda acomodar de aquí, con un remolino de este otro lado y con un trasquilón en el centro? ¡Ah, y con muchísimo gel fijador!

El peluquero, rascándose nervioso la cabeza, contestó:

-La verdad, joven, es que me lo pone usted muy difícil.

El cliente respondió:

-¡Pues así fue como me lo cortaste la última vez, cabrón!




La reencarnación de Ramón

Ramón, un ciudadano que siempre fue muy servicial y educado, iba caminando por la calle cuando, de repente, cayó al suelo debido a un ataque al corazón y murió. Como toda buena persona, Ramón fue al cielo. Al llegar le abrió la puerta San Pedro y le dijo:

-Bienvenido seas, hijo.

Ramón le dijo a San Pedro:

-Oye, Pedro, yo no debería estar aquí todavía.

-¿Por qué, hijo mío?

-No estoy preparado. Dejé a mi familia en mal estado y quisiera arreglar eso antes de venir. Por lo tanto, te pido que me dejes regresar a casa.

-Puedes regresar, pero únicamente convertido en un animal doméstico.

Ramón se quedó pensativo unos segundos y dijo:

-Está bien, regresaré en forma de gallina, ya que en mi casa tengo muchas gallinas.

Llegó a su casa convertido en una hermosa gallina de plumas blancas. Al caer en el gallinero, las otras gallinas quedaron asombradas y se le acercaron, formando un círculo, diciendo cosas muy bonitas de la gallina recién llegada. Como en todos los lugares, había una gallina envidiosa, que dijo:

-Tienen razón, esta gallina es muy bonita, pero es muy probable que no pueda poner huevos.

Ramón quedó asombrado en el momento en que todas las gallinas empezaron a gritar:

-¡Que ponga un huevo! ¡Que ponga un huevo!

Ramón, asustado, empezó a empujar, hasta que finalmente consiguió poner un huevo. Todas las gallinas gritaron entonces:

-¡Que ponga otro! ¡Que ponga otro!

Ramón, emocionado, siguió empujando hasta poner otro huevo. Las gallinas gritaron nuevamente:

-¡Que ponga otro! ¡Que ponga otro!

De repente, llegó la esposa de Ramón y le dijo:

-¡Ramón, joder, despiértate! ¡Te estás cagando en la cama!




La música del árbol

Mientras paseaba por el inmenso parque, un hombre vio a otro que estaba abrazado a un árbol, con una oreja aplastada fuertemente contra el tronco. Viendo la escena, el hombre preguntó:

-Sólo por curiosidad, ¿qué estás haciendo?

-Estoy escuchando la música del árbol.

-¡Vamos, hombre! Tienes que estar bromeando.

-Por supuesto que no. ¿Quieres escuchar?

No aguantando más su curiosidad, el paseante asintió.

-Está bien...

Así que colocó sus brazos alrededor del tronco y acercó su oreja. Al hacerlo, el otro le colocó unas esposas, le quitó la cartera, los anillos, el reloj y las llaves del coche, y después lo desnudó y se fue corriendo. Dos horas más tarde otro caminante pasó cerca, vio al hombre desnudo, esposado al árbol, y le preguntó:

-¿Qué te ha pasado?

El hombre le contó la terrible historia de cómo y por qué se encontraba allí. Cuando terminó su relato, el otro movió la cabeza en señal de comprensión, caminó hasta quedar detrás de él, lo besó suavemente en la oreja y le dijo:

-Definitivamente, este no es tu día, amorcito...




Mensaje personal
Hola a todos. No suelo escribir mensajes personales en el blog, pero necesito vuestro consejo en lo que puede ser una decisión crucial.

Desde hace un tiempo sospecho que mi mujer me engaña. Ya sabéis, las cosas típicas, como esas llamadas a casa que cuando descuelgas no contesta nadie. Mi mujer sale con amigas últimamente, pero le pregunto sus nombres y me dice que no las conozco, que son amigas del trabajo... Me quedo despierto para verla llegar en taxi, pero ella baja por la calle a pie, y a lo lejos escucho un coche alejarse del que se ha bajado a la vuelta de la esquina. ¿Quizás no volvió en taxi?

El otro día cogí su móvil sólo para mirar la hora y se puso como loca, gritándome que nunca cogiera otra vez su móvil y que si la estaba espiando. Nunca he hablado de esto con mi mujer. Creo que en el fondo no quiero saber la verdad, pero anoche ella volvió a salir y decidí que iba a investigar.

Aparqué mi moto cerca del garaje y me escondí detrás de ella, de manera que tuviera una buena visión de toda la calle cuando ella llegara a casa. En ese momento, agachado detrás de la moto, me di cuenta de que la tapa de balancines perdía algo de aceite. Y aquí viene mi pregunta: ¿reaprieto y me la juego a que se pase de rosca o me lío y cambio la junta?



Un gangoso en comisaría
Un gangoso estaba en la comisaría obteniendo el documento de identidad. El funcionario que le atendía preguntó:

-¿Cómo se llama usted?

-Vedro Vérez...

El funcionario, sin poder contener una risita irónica, le preguntó:

-¿Con "be" de burro...?

A lo que el gangoso respondió:

-¡No! Con "ve" de tu vuta madre...



Los indios y el frío
Los indios de una remota reserva preguntaron a su nuevo jefe si el próximo invierno iba a ser frío o apacible. Dado que el jefe había sido educado en una sociedad moderna, no conocía los viejos trucos indios. Así que, cuando miró el cielo, se vio incapaz de adivinar qué iba a suceder con el tiempo. De cualquier manera, para no parecer inseguro, respondió que el invierno iba a ser verdaderamente frío, y que los miembros de la tribu debían recoger leña para estar preparados. No obstante, como también era un dirigente práctico, a los pocos días tuvo la idea de telefonear al servicio nacional de meteorología.

-¿El próximo invierno será muy frío? -preguntó-.

-Sí, parece que el próximo invierno será bastante frío -respondió el meteorólogo de guardia-.

De modo que el jefe volvió con su gente y les dijo que se pusieran a recoger todavía más leña, para estar mejor preparados. Una semana después, el jefe llamó otra vez al servicio nacional de meteorología y preguntó:

-¿Será un invierno muy frío?

-Sí -respondió el meteorólogo-, va a ser un invierno muy frío.

Honestamente preocupado por su gente, el jefe volvió al campamento y ordenó a sus hermanos que recogiesen toda la leña posible, ya que parecía que el invierno iba a ser verdaderamente crudo. Dos semanas más tarde, el jefe llamó nuevamente al servicio nacional de meteorología:

-¿Están ustedes absolutamente seguros de que el próximo invierno habrá de ser muy frío?

-Absolutamente, sin duda alguna -respondió el meteorólogo-, va a ser uno de los inviernos más fríos que se hayan conocido.

-¿Y cómo pueden estar ustedes tan seguros?

-¡Coño, porque los indios están recogiendo leña como locos!



Desconsolado
Verá, señor juez: tuve la desgracia de casarme con una viuda. De haberlo sabido no me habría casado, porque ella tenía una hija. Mi padre era viudo y, para mayor desgracia, se enamoró de la hija de mi mujer y se casó con ella, de manera que mi esposa era suegra de mi padre, y al mismo tiempo él era mi yerno.

Al poco tiempo, mi padre trajo al mundo a un varón que era mi hermano, pero también era nieto de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermano. Al correr el tiempo, mi mujer trajo al mundo a un varón, y, como era hermano de mi madre, era también cuñado de mi padre y tío de su hijo; mi mujer era suegra de su propia hija; yo en cambio, soy padre de mi madre; mi padre y su mujer son mis hijos, y además yo soy mi propio abuelo.

Ya ve, señor juez, me despido del mundo porque no sé quién soy.



Tres condiciones
Una viuda rica y solitaria decidió que necesitaba otro hombre en su vida y puso un anuncio que decía así

"Viuda millonaria busca un hombre para compartir su vida y fortuna, con las siguientes características:

1-Que no me pegue.
2-Que no se vaya nunca de mi lado.
3-Que sea extraordinario en la cama."

Durante varios meses su teléfono sonó incansablemente, el timbre de la puerta sonaba sin cesar y recibió toneladas de cartas, pero ninguno de los hombres parecía cumplir sus requisitos.

Un día el timbre sonó nuevamente. La mujer abrió la puerta para encontrar a un hombre sin brazos ni piernas. Perpleja, le preguntó:

-¿Quién es usted y qué desea?

-Hola. Su búsqueda ha terminado. Yo soy el hombre de sus sueños. No tengo brazos, así que no puedo golpearla, y no tengo piernas, así que no puedo alejarme de su lado.

-Muy bien, pero ¿qué le hace pensar que pueda ser extraordinario en la cama?

-¿Cómo cree que hice sonar el timbre?



Memorias de un feo
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre: "Hicimos lo que pudimos, pero nació vivo".

Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.

Como era prematuro, me metieron en una incubadora con vidrios polarizados.

Mi madre nunca me dio el pecho, porque decía que sólo me quería como amigo. Así que, en vez de darme el pecho, me daba la espalda.

Yo siempre fui muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban: "Señora, a su hijo, ¿lo parió o lo tejió?".

Mi padre llevaba en su billetera la foto del niño que venía cuando la compró.

Pronto me di cuenta que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la bañera eran un radio y una tostadora eléctrica.

Una vez me perdí. Le pregunte al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres. Me contestó: "No lo sé; hay un montón de lugares en los que se podrían haber escondido".

Y para colmo era muy flaco, tan flaco que un día metí los dedos en el enchufe y la electricidad farró el calambrazo.

Era realmente flaco: para hacer sombra tenía que pasar dos veces por el mismo lugar.

Pero mi problema no era ser tan flaco, sino ser feo. Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo.

Sí, amigos, yo soy feo, tan feo que una vez me atropelló un auto y quedé mejor.

Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres para pedir recompensa. Mi madre les contestó que quería más pruebas.

Tuve que trabajar desde chico. Trabajé en una tienda de mascotas y la gente no paraba de preguntar cuánto costaba yo.

Un día llamó una chica a mi casa diciéndome: "Ven a mi casa, que no hay nadie". Cuando llegué no había nadie.

A mi mujer le gusta mucho hablar conmigo después del sexo. El otro día me llamó a casa desde un hotel.

El psiquiatra me dijo un día que yo estaba loco. Yo le dije que quería escuchar una segunda opinión. "De acuerdo, además de loco es usted muy feo", me dijo.

Una vez, cuando me iba a suicidar tirándome desde la terraza de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sólo dijo: "En sus marcas, listos...".

El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica...



Fábrica de látex
Mariano fue de visita a una fábrica de productos de látex. En la primera parada le mostraron la máquina que fabrica las tetinas de los biberones. La máquina hacía un ruido peculiar: "hishhh, pop, hishhh, pop, hishhh, pop". El guía encargado de dar explicaciones describía así el peculiar sonido:

-El "hishhh" es el látex inyectándonse al molde y el "pop" es la aguja que hace un agujero en el extremo de cada tetina.

Más adelante, el grupo de visitantes llegó a la máquina donde se fabrican los preservativos. Aquí la máquina hacía un ruido distinto: "hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, pop". Todos se quedaron extrañados y Mariano dijo:

-¡Espere un momento! Entiendo el "hishhh". Pero, ¿y ese "pop"?

El guía respondió:

-Hace exactamente lo mismo que en la máquina de tetinas para biberones. Hace un agujero cada cinco condones.

Mariano, alterado, replicó:

-¡Pero eso es una tremenda putada!

-Efectivamente, pero nos viene muy bien para el negocio de las tetinas.



Pajarito accidentado


Un motociclista iba a 150 kilómetros por hora por una carretera cuando, de pronto, se encontró de frente con un pajarito y no lo alcanzó a esquivar. Por el espejo retrovisor vio que el pajarito daba varias volteretas sobre el pavimento hasta quedar tendido. No pudo contener el remordimiento ecológico y volvió para recogerlo. El pajarito estaba inconsciente, como muerto. Era tal la angustia del conductor que de todos modos lo recogió, le compró una jaulita y lo dejó en su casa, asegurándose de poner un poquito de pan y agua para el accidentado. Al día siguiente, el pajarito recobró el conocimiento. Al despertar y darse cuenta de su estado, exclamó en voz alta:

-¡Mierda! ¡Maté al de la moto!

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