martes

Chistes de catetos

El ventrílocuo y las ovejas

Estaba un ventrílocuo paseando por el campo, cuando vio a un pastor con sus ovejas y decidió gastarle una broma. Le dijo al pastor:

-Señor, ¿sabía usted que sus ovejas pueden hablar?

-¡Claro que no! ¿Cómo van a hablar?

-¡Verá usted! A ver, tú, la blanquita, ¿cómo las trata el pastor?

El ventrílocuo, sin mover los labios y proyectando su voz, dijo:

-¡Es un explotador! ¡Nos pega mucho y a veces nos deja sin comer!

Al pastor se le salían los ojos de sus órbitas, mientras el ventrílocuo le iba preguntando a otras ovejas y todas contestaban lo mismo. Finalmente, el ventrílocuo se acercó a una ovejita negra y, antes de que pudiese abrir la boca, el pastor le dijo:

-A esa no se moleste usted en preguntarle, que es muy mentirosa. ¡Es capaz de decirle que me la estoy follando!



Enmascarado al rescate

Iba Venancio caminando por una calle oscura junto a su amigo Manolo cuando, de repente, surgieron tres hombres de la oscuridad. Manolo salió corriendo y dejó a Venancio solo y desamparado, a merced de los forajidos. Cuando estaban a punto de darle una paliza y dejarlo sin sus pertenencias, apareció un hombre a caballo, vestido de negro, con antifaz negro, sombrero negro, capa negra, y con una "Z" dibujada en la espalda, una "Z" dibujada en el sombrero, una "Z" en el pecho y una "Z" en la montura del caballo. El enmascarado bajó de su caballo, golpeó con su espada a los ladrones, los llenó de heridas y magulladuras, les dibujó una "Z" en las ropas a cada uno y los despidió con una patada en las nalgas. Venancio, enormemente agradecido, se arrojó a sus pies y, emocionado, le dijo:

-¡Graziaz, Zupermán!



Inseminación artificial

Un granjero llama al veterinario para preguntar por qué sus puercas no quedan preñadas y el veterinario le habla sobre la inseminación artificial. El hombre, debido a su ignorancia, le sigue la corriente sin haber entendido una palabra y le responde que va a probar este medio. Además, pregunta cómo sabrá cuándo están embarazadas las puercas, y el veterinario le dice que él se dará cuenta porque las puercas se echarán en el pasto. Pero el granjero decide que en vez de utilizar las manos para inseminar a las puercas es mejor utilizar el pene. Ese mismo día el hombre sube las puercas en el camión, las lleva al bosque, practica sexo con cada una de ellas y regresa a su casa.

Al día siguiente se levanta y va a ver si alguna puerca está echada y las ve a todas en pie. Monta de nuevo las puercas en el camión, las lleva al bosque y por seguridad practica sexo dos veces con cada una de ellas. Al otro día las puercas están de nuevo en pie. Se va otra vez en el camión al bosque y vuelve a practicar sexo con ellas.

A la mañana siguiente el hombre está tan cansado que no se puede levantar y le dice a la esposa que vea si alguna puerca está echada. La mujer regresa y le dice:

-Ninguna está echada, todas están montadas en el camión, y hay una que está tocando el claxon.



Parte policial

Ocurre un asesinato en la plaza Bolívar y llegan las patrullas y los policías. Observan la escena y luego el oficial al mando ordena al sargento:

-Mire sargento, redacte el acta para proceder a levantar el cadáver. Escriba allí: "Siendo las 10 de la mañana en el centro de la plaza Bolívar, encontramos un cadáver con dos perforaciones de bala en su cuerpo..."

-Oficial, disculpe -le dijo el sargento-, la palabra Bolívar lleva una "b" y una "v", pero, ¿cuál va primero? ¿La "b" o la "v"?

El oficial lo mira sorprendido y le dice:

-Sargento, vamos a hacer lo siguiente: traiga la patrulla para que traslademos este muerto para la plaza Páez.



Curiosidad infantil

Una familia de campesinos del interior del país fue a la capital. Eran el papá, la mamá y el hijo. Cuando andaban por el centro pasa un taxi y el hijo le pregunta al papá:

-Papi, papi, ¿qué es eso, qué es, qué es?

-No sé.

-¡Ahhhh!

Después pasa un autobús y el hijo le pregunta al papá:

-Papi, papi, ¿qué es eso, qué es, qué es?

-No sé.

-¡Ahhhh!

Luego pasa una moto y le dice el hijo al papá:

-Papi, papi, ¿qué es eso, qué es, qué es?

-No sé.

-¡Ahhhh!

Después pasa una bicicleta y le dice el hijo al papá:

-Papi, papi, ¿qué es eso, qué es, qué es?

-No sé.

Y la mamá le dice:

-Hijo, ya basta, deja de molestar a tu papá.

A lo que el papá responde:

-Mujer, déjalo, el niño también tiene derecho a instruirse y conocer mundo.

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