martes

Chistes de Parejas

Narciso abandonado

Narciso llegó a su casa y encontró sobre la mesa una nota de su esposa: "Ya no puedo aguantar más tu egocentrismo. Sólo piensas en ti, nadie más te importa, tan sólo tu bienestar. Finalmente he decidido dejarte. Me voy con tu mejor amigo, él también se cansó de tu forma de ser. P.D.: Te he dejado en la nevera un pollo para la cena". Al terminar la lectura de la nota Narciso, visiblemente enfadado, exclamó: "¡Joder! ¿Otra vez pollo?"



Quejidos porno

Un hombre llega a su casa y le dice a su mujer:

-¿Sabes una cosa, Julia? He estado viendo una película porno, y no te imaginas la cantidad de locuras que allí se ven.

-¿Pero qué me dices, Manolo? ¡Cuéntame!

-No te imaginas cómo se quejan las mujeres cuando hacen el amor... ¿Sabes? Yo creo que eso nos falta para ponerle más sazón a nuestro matrimonio.

-¿Te gustaría que yo me quejase, Manolo?

-Estaría muy bien, Julia. ¿Por qué no lo intentas?

Y, efectivamente, la pareja se dispone a poner en práctica la novedad. Esa noche el hombre empieza a acariciarle los hombros a la mujer, y ella le pregunta:

-¿Empiezo a quejarme?

-No, todavía no, Julia.

Continúa acariciándole la cintura, las piernas. y la esposa nuevamente le pregunta:

-¿Ahora? ¿Me quejo ya?

-No, espera un poco más.

A los 20 minutos, el hombre sube a donde tiene que subir y empieza a hacer lo que tiene que hacer y le dice a su mujer, al oído:

-Ahora, Julia, ahora. ¡Comienza a quejarte!

-¡Ay, Manolo! ¡Los niños están cada día más insoportables! ¡El dinero que me das a diario no me alcanza! ¡El pequeño necesita zapatos nuevos! ¡Tu madre llama para joder todos los días! ¡Se ha acabado el gas! ¡Tenemos que comprar un frigorífico nuevo! ¡Ya no sé qué cocinar! ¡Y para colmo no me viene la regla...! ¿Sigo quejándome, Manolo?



Prueba de acceso al cielo

Una mujer muere y llega a las puertas del Cielo. Mientras espera a San Pedro, ve a través de las rejas a sus padres, amigos y a todos los que habían partido antes que ella, sentados a una mesa, disfrutando de un banquete maravilloso. Cuando San Pedro llega, ella le comenta:

-¡Qué lugar tan precioso! ¿Cómo hago para entrar?

-Yo voy a decir una palabra sencilla. Si usted la deletrea correctamente la primera vez, entrará; si se equivoca, irá directa al infierno.

-De acuerdo. ¿Cuál es la palabra?

-"Amor".

Ella la deletrea correctamente y entra al Cielo.

Un año después, San Pedro le pide que vigile las puertas ese día. Ella acepta y, para su sorpresa, aparece su marido.

-¡Hola! ¡Qué sorpresa! -dice ella-. ¿Cómo estás?

-Pues lo cierto es que he estado muy bien desde que falleciste. Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó, me tocó la lotería y me hice millonario. Vendí la casa donde vivíamos y compre una mansión. Viajé con mi esposa por todo el mundo. Estábamos de vacaciones justamente cuando decidí ir a esquiar. Me caí, el esquí me cayó en la cabeza y... ¡aquí estoy! ¿Qué hay que hacer para entrar?

-Yo te diré una palabra. Si la deletreas correctamente a la primera podrás entrar; si no, irás directo al infierno -respondió ella-.

-Está bien. ¿Cuál es la palabra?

-"Schwarzenegger".



Vestido para una inspección tributaria

Un hombre fue citado para una inspección de la Agencia Tributaria. Asustado, le preguntó a su contable de qué manera debía vestirse.

-Ponte harapos, para que piensen que estás en la ruina.

Cuando le preguntó a su abogado, éste le dijo exactamente lo contrario:

-No dejes que te intimiden, utiliza tu mejor traje y tu corbata más elegante. Una buena presencia da credibilidad y ayudará a entablar una relación más amistosa con el inspector.

Confundido, el hombre decidió preguntar a su mujer. Le comentó los dos consejos opuestos y le pidió su opinión. La esposa le dijo:

-Déjame contarte una historia. Cuando estaba a punto de casarme contigo, le pregunté a mi madre qué debía ponerme la noche de bodas, y me dijo: "Ponte una bata pesada, de franela, que te llegue al cuello; ello hará que te respete". Pero cuando le pregunté a mi mejor amiga, me dio otro consejo opuesto: "Ponte la combinación más sexy que tengas, transparente y con un escote que te llegue hasta el ombligo; eso hará que te desee y afianzará vuestro amor".

El hombre protestó:

-Pero, mi amor, ¿qué tiene que ver eso con mis impuestos?

-Muy fácil: que no importa como te vistas, ¡te van a joder igual!



Pensión de jubilación

Tan pronto me jubilé, me dirigí a las oficinas de la Seguridad Social para solicitar mi pensión. La señorita que estaba allí atendiendo frente al primer mostrador me pidió mi partida de nacimiento para verificar mi edad. Busqué en mi bolsillo y resultó que había olvidado mi cartera en casa.

-Lo siento mucho -le dije-, olvidé mi cartera, así que tendré que regresar a mi casa y volver más tarde.

La mujer me miró y, al cabo de un minuto, me dijo:

-Desabróchese la camisa.

Así que me desabroché la camisa, mostrando mi canoso y grisáceo pelo en el pecho.

-Su pelo gris y canoso es prueba suficiente para mí -me dijo la funcionaria, a la vez que seguía con los trámites de mi solicitud-.

Cuando regresé a mi casa le conté a mi mujer, muy excitado, lo sucedido en las oficinas de la Seguridad Social. A lo que mi esposa respondió:

-Pepe, entonces habría sido mejor que te hubieses bajado también los pantalones. Probablemente te habrían dado también la pensión por incapacidad.



Autosugestión

Una mujer llegó a su casa y le dijo al marido:

-¿Te acuerdas de esas jaquecas que me daban cada vez que íbamos a hacer el amor? ¡Ya me curé!

-¿Cómo? ¿Ya no tienes más dolores de cabeza?

-Mi amiga Mary me indicó un terapeuta que me hipnotizó. El médico me pidió que me pusiese frente a un espejo y repitiera para mí misma: "No tengo más dolor de cabeza, no tengo más dolor de cabeza, no tengo más dolor de cabeza...". Bueno, hice eso y mi dolor de cabeza desapareció.

-¡Qué maravilla! ¡Esto es fabuloso!

La esposa aprovechó la oportunidad y le dijo:

-Mi amor, como últimamente no tienes mucho interés en tener sexo, ¿por qué no visitas a este médico? Tal vez te pueda curar como a mí, y tengas ganas nuevamente.

El marido le hizo caso y pidió cita en la consulta de este fabuloso médico. Después de unos días de terapia quiso tener una noche ardiente con su esposa. Comenzó a quitarse la ropa y arrastró a su esposa hasta el dormitorio. La acostó en la cama y le dijo:

-No te muevas, mi amor, ya vuelvo.

Fue al baño y, cuando volvió a la habitación, saltó sobre la cama e hizo el amor con su esposa de una forma muy ardiente, como nunca antes lo había hecho con ella. La esposa, completamente asombrada, le dijo:

-¡Ay, mi amor, fue maravilloso!

El marido respondió:

-¡No te muevas, que ya vuelvo!

Fue al baño, y la segunda vez fue mejor aún que la primera. La mujer no se lo podía creer, estaba extasiada con esa maravillosa experiencia.

El marido le dijo nuevamente:

-¡No te muevas, ya vuelvo!

Fue al baño, pero esta vez la mujer lo siguió sin que él se diera cuenta. El marido estaba frente al espejo y repetía para sí mismo:

-No es mi esposa, no es mi esposa, no es mi esposa...



Silencio

Un hombre y su esposa estaban teniendo problemas en casa y dándose el uno al otro "tratamiento de silencio". De repente, el hombre recordó que al siguiente día necesitaba que su esposa lo despertase a las 5 de la madrugada para un vuelo de negocios. No queriendo ser el primero en romper el silencio, le escribió en una hoja de papel: "Por favor, despiértame a las 5 de la madrugada", y lo dejó donde sabía que ella lo encontraría.

A la mañana siguiente, el hombre despertó y se dio cuenta que eran las 9 y había perdido su vuelo. Furioso, estaba por ir a averiguar la razón por la cual su esposa no lo había despertado, cuando encontró una hoja de papel sobre la cama. El papel decía: "Son ya las 5 de la madrugada. ¡Despierta!"



Diarios de pareja

Diario de ella:

"El domingo por la noche lo encontré raro. Habíamos quedado en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía, porque llegué un poco tarde, aunque él no hizo ningún comentario. La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente.

Fuimos a un restaurante y él seguía portándose de forma extraña. Estaba como ausente. Entonces pensé que sería culpa mía por el retraso, o quizás algo más serio rondaba por su cabeza. Le pregunté y me dijo que no tenía nada que ver conmigo. Pero no me quedé convencida. En el camino de regreso a casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería.

Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había acabado entre nosotros. Por fin desistí y le dije que me iba a la cama.

Más o menos diez minutos mas tarde él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído. Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lo hice durante horas hasta que quedé dormida. No sé qué hacer. Estoy casi segura que sus pensamientos están con otra mujer. Mi vida es un autentico desastre."


Diario de él:

"Perdió Boca. Al menos eché un polvo."



La virilidad de Hipólito

A los 85 años de edad, Hipólito se casa con Ana, de 35. Ana, de acuerdo con su futuro marido, decide que después de la boda tendrán dormitorios separados. Una vez finalizada la ceremonia y la cena, Ana se prepara para dormir, cuando se escuchan golpes en la puerta. Va a abrir y allí está Hipólito, listo para la acción. Concluido el acto, Hipólito le da un beso de buenas noches y vuelve a su dormitorio.

Después de algunos minutos, Ana oye otros golpes en la puerta, abre y de nuevo se encuentra con Hipólito, listo para la segunda vuelta. Sorprendida, Ana acepta de buen grado, y al final Hipólito le da un cariñoso beso de buenas noches y se va.

Más tarde, Hipólito está otra vez tocando a la puerta, tan fresco como un muchacho de 25 años, listo una vez más. Y así dos veces mas, Hipólito llamando a la puerta de Ana y, al final, como siempre, dándole un beso de buenas noches y volviendo a su cuarto.

Después de una hora larga, regresa Hipólito por sexta vez como si nada, pero en esta ocasión Ana le detiene:

-Me impresiona que a tu edad puedas hacerlo tantas veces, Hipólito. ¡Realmente eres un gran amante! He estado con hombres con un tercio de tu edad y son totalmente incapaces de seguirte el paso.

Hipólito la mira, desconcertado:

-¿Cómo...? ¿Ya había venido antes?



¿Qué pensarán los vecinos?

En un día de intenso calor, el marido sale del baño y le pregunta a su mujer:

-Cariño, hace mucho calor y tengo que salir a cortar el césped. ¿Qué crees que pensarán los vecinos si salgo desnudo?

-Que seguramente me casé contigo por dinero.



El matrimonio

En un cocktail una mujer le dice a otra:

-¿No estás usando tu anillo de matrimonio en el dedo incorrecto?

-Sí, es que estoy casada con el hombre equivocado.



Después de una pelea, el marido le dijo a la mujer:

-¿Sabes? Fui un estúpido cuando me casé contigo.

-Sí, querido, pero yo estaba enamorada y no lo noté.



Casarse es como ir a un restaurante con amigos: pides lo que deseas y, cuando ves lo que el otro tiene, te gustaría haber pedido eso.



Toros sementales


Un matrimonio de turismo por España va a visitar una exhibición de toros sementales. El guía comienza su explicación con el primer toro:

-Este es un toro de 400 kg. que realiza 4 montas diarias.

La mujer abre los ojos, golpea con el codo a su marido y le dice:

-¿Has oído eso, haragán?

El guía continúa:

-Este otro toro, como pueden ver, es más grande. Pesa casi 500 kg. y realiza alrededor de 6 montas diarias.

-¿Has oído eso, flojo? -dice la mujer, golpeando de nuevo con el codo a su marido-.

-Pero este es el verdadero semental -continúa el guía-. Pesa 800 kg. y realiza unas 20 montas diarias.

Antes de que su mujer abra la boca el hombre pregunta:

-Perdone, señor, ¿y realiza ese toro las 20 montas con la misma vaca?

-¡Por supuesto que no! Siempre con vacas distintas.

El hombre sonríe, codea a su mujer y le dice:

-¿Has oído eso, follonera?



Pedo mañanero


Una pareja llevaba varios años de feliz matrimonio. La única fricción era la costumbre del marido de tirarse un sonoro pedo cada mañana al despertarse. El ruido despertaba a la señora y el hedor la hacía toser descontroladamente. Todas las veces ella le suplicaba que dejara de hacerlo, pues le descomponía el ánimo por varias horas, pero él seguía lanzándolos igualmente. Su argumento era que él no podía evitarlo y que además era algo de lo más natural. Ella siempre le sugería que fuera a ver un doctor, pues pensaba que algún día se le iban a salir las tripas.

Entonces, en la mañana del día de navidad, ella se levantó muy temprano a preparar el pavo mientras él seguía durmiendo profundamente. Cuando terminaba de aderezarlo, echó una mirada al cesto donde había puesto todos los desechos del animal, y una idea maliciosa se le vino a la cabeza. Tomó el recipiente y subió sigilosamente al cuarto. Con mucho cuidado echó las sábanas para atrás, le bajó los calzoncillos y puso entre sus piernas los intestinos del pavo. Volvió a taparlo y después de un rato escuchó el habitual y estruendoso pedo del marido, seguido por gritos despavoridos y pasos frenéticos hacia el baño. La mujer no podía parar de reírse. Después de tantos años de sufrimiento había logrado desquitarse en forma tan magnífica.

Al rato, y todavía aguantando la risa, vio a su marido bajar con los calzoncillos todos manchados y con una expresión de horror en su rostro. Mordiéndose los labios, ella le preguntó que era lo que pasaba. Con lágrimas en los ojos, él respondió:

-Cariño, tenías razón, todos estos años estuviste advirtiéndome, ¡y yo sin hacerte caso!

-¿Que quieres decir? -preguntó ella-.

-Bueno, tú siempre dijiste que algún día se me saldrían las tripas de tanto tirarme pedos, y finalmente ocurrió. Pero, gracias a Dios, y con un poco de vaselina, ¡pude poner todo de vuelta en su sitio!



Alegre y triste a la vez


Un hombre y su esposa estaban sentados mirando la televisión cuando, repentinamente, él le dice a ella:

-Querida, dime algo que me me ponga alegre y triste a la vez.

Ella piensa un rato y le dice:

-De todos tus amigos, tú eres quien la tiene más grande.



Descubrimiento en la funeraria

Un empleado de una funeraria estaba una noche trabajando hasta tarde. Su trabajo consistía en examinar el cuerpo de los muertos antes de ser enviados a enterrar o a incinerar. Cuando examinó el cuerpo del señor Juan, que iba a ser incinerado, hizo un asombroso descubrimiento: ¡Juan tenía el pene más grande que había visto nunca!

-Lo siento, señor Juan -dijo el empleado-, pero no puedo enviarlo a incinerar con tremenda "cosa". Tiene que ser conservada para la posteridad.

Dicho esto, separó el pene del cuerpo, lo puso en su maletín y se fue a casa. A la primera persona que se la mostró fue a su esposa:

-Tengo algo que mostrarte que no vas a creer -le dijo, y abrió el maletín-.

-¡Dios mío! -gritó ella-. ¿Cuándo ha muerto Juan?



Sin excusas

Un hombre casado tenía un lío con su secretaria. Un día, la pasión los desbordó y se fueron a la casa de ella; exhaustos, debido a una tarde de sexo desenfrenado, se durmieron, despertando a las ocho de la tarde. Cuando el hombre se estaba poniendo la ropa, le pidió a la mujer que sacara sus zapatos y los ensuciara con césped y tierra. Aunque intrigada, ella lo hizo; él se puso los zapatos, subió al coche y se fue a su casa.

-¿Dónde has estado? -le preguntó su mujer cuando entró-.

-Querida, no puedo mentirte: estoy enrollado con mi secretaria y estuvimos toda la tarde haciendo el amor. Me dormí y no desperté hasta las ocho.

Su esposa miró hacia abajo, vio sus zapatos y le dijo:

-¡Mentiroso bastardo! ¡Estuviste jugando al golf!



Injerto de piel

Un matrimonio tuvo un terrible accidente, a consecuencia del cual el rostro de la mujer fue severamente quemado. El médico le dijo al marido que no podían utilizar su propia piel para el injerto, porque la esposa era demasiado delgada. Por lo tanto, el marido se ofreció a donar algo de su propia piel. Sin embargo, la piel que el médico consideró adecuada tenía que proceder de las nalgas del marido. Marido y mujer acordaron que nunca informarían a nadie de dónde provenía la piel, y pidieron al médico también que guardara el secreto. Después de todo, se trataba de un asunto muy delicado.

Después que la cirugía se completó, todo el mundo estaba asombrado de la nueva belleza de la mujer. ¡Ella parecía más hermosa que nunca! Todos sus amigos y parientes se asombraron por lo bien que se la veía. Un día, ella estaba sola con su marido y, muy emocionada por el sacrificio, le dijo:

-Querido, sólo quiero darte las gracias por todo lo que hiciste por mí. No hay manera en que yo te pueda recompensar por ello.

-Querida -respondió el hombre-, te ruego no pienses en ello. Tengo todas la recompensa que necesito cada vez que veo a tu madre besarte en la mejilla.



Conocerse es cuestión de tiempo

Un hombre conoció a una bella mujer y decidió casarse con ella inmediatamente. Ella alegó:

-Pero no sabemos nada el uno del otro...

El respondió:

-No importa, nos conoceremos con el tiempo.

Ella aceptó. Se casaron y fueron a pasar la luna de miel a un lujoso resort. Cierta mañana, estaban ambos recostados junto a la piscina, cuando él se levantó, subió al trampolín de diez metros, realizó una perfecta demostración de todos los saltos que existen y regresó junto a la esposa.

-¡Eso fue increíble!

-Fui campeón olímpico de salto de trampolín. Ya te dije que nos conoceríamos con el tiempo.

Entonces ella se levantó, entró en la piscina y comenzó a nadar a una impresionante velocidad. Después de 40 largos salió y fue a recostarse junto al marido, sin demostrar ningún cansancio.

-¡Estoy sorprendido! ¿Fuiste nadadora olímpica?

-No -explicó ella-, fui puta en Venecia y atendía a domicilio.



Confusión

Llega el marido de madrugada a casa y le dice su esposa:

-Mi amor, ¡qué cosa más rara! Hace un rato se metió un tipo en la cama y me hizo el amor.

-Pero... ¡no puede ser! ¿Cómo pasó?

-Yo creo que me confundí un poquito porque, fíjate, cuando el tipo llegó al garaje el ruido del coche era igualito al tuyo, luego entró en la casa tal como entras tú, tratando de no hacer ruido, entró a la habitación con la luz apagada como haces tú, se metió en la cama del mismo lado que lo haces tú y colocó la ropa donde la pones tú.

-¿Y cuándo te diste cuenta que no era yo?

-Cuando me dijo: ¡prepárate que vamos a echar otro!



Cuidado con el gorila

Una pareja de esposos están en el zoológico y pasan por la jaula del gorila macho.

-Marcos, ¿sabes que los gorilas son los animales más parecidos al ser humano en cuanto a su comportamiento? Observa: le voy a enseñar un seno, aprovechando que no hay gente, y seguro que se va a excitar al igual que un hombre.

María le muestra un seno y el gorila se empieza a excitar y comienza a mover las barras de la jaula.

-¿Ves? Ahora me doy cuenta por qué eres así. Los hombres no pueden controlar sus instintos animales, al igual que el gorila.

Marcos le dice:

-Ahora muéstrale los dos, a ver qué pasa.

La mujer le muestra los dos senos y el gorila se excita aun más y se desespera por salir.

-Es increíble cómo reacciona el gorila. Ahora súbete la falda y muéstrale el trasero, a ver qué pasa.

La mujer se sube la falda y le muestra el trasero, a lo que el gorila, completamente excitado, rompe las barras de la jaula, agarra a la mujer y le empieza a querer quitar la ropa.

-Marcos, ¿qué hago? ¡Ayúdame!

Y Marcos le dice:

-Ahora, explícale al puto gorila... que no tienes ganas... que te duele la cabeza... que estás cansada... que estás con dolor de garganta... que hoy tuviste muuuucho trabajo... que tan temprano nooooo... que te entienda como mujer... que estás deprimida... que estás en tus días difíciles... que estás en tu semana complicada... que solamente te abrace... que estás muy tensa... que tienes que levantarte muy temprano... que hoy te levantaste temprano... que hoy caminaste como china y te duelen los pies... que hoy estás súper regalona y sólo quieres muchos cariñitos... que estaá muy tensa y sólo quieres masajes de relax... que estás con ganas de ver la televisión... que no quieres perderte "Friends"... que hoy fuiste a la peluquería y no puedes moverte... ¡A ver si te entiende!

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