martes

Chistes de Amigos

Cruce de cruceros

Dos cruceros se cruzan a la entrada del puerto. Conchi, a bordo del crucero que sale del puerto, reconoce en la cubierta del barco que está entrando a su mejor amiga, Mari, a la que hace tiempo que no ve. Intenta llamar su atención gritando y agitando sus brazos.

-¡Mari!

-¡Conchi!

-¡Qué casualidad! ¿Qué es de tu vida?

-¡Me acabo de casar!

-¡Yo también!

-¡Y estoy en viaje de novios!

-¡Yo también!

-¡He tenido mucha suerte de encontrar un marido tan bueno!

-¡Yo también!

-¡Llámame, Conchi!

-¡Yo también!



Aventuras mar adentro

Jorge entró al bar y vio a Juan sentado en la barra, con una sonrisa de oreja a oreja.

-Juan, ¿por qué estás tan contento?

-Jorge, tengo algo que contarte. Ayer estaba en el muelle, encerando mi barco, cuando llegó una hermosa pelirroja, escultural, y me dijo: "¿Me das un paseo en tu barco?" Le dije que por supuesto, que le daría un paseíto en mi barco, y cuando estábamos mar adentro apagué el motor y le dije: "Elige: hacer el amor o nadar". ¡Y la muchacha no sabía nadar, Jorge, no sabía nadar!

Al día siguiente Jorge volvió al mismo bar, y de nuevo estaba allí Juan, con una sonrisa aún más grande que la del día anterior.

-¿Y hoy por qué estás tan contento, Juan?

-Jorge, ¡no te lo vas a creer! Esta mañana estaba en el muelle, terminando de encerar mi barco, cuando llegó una hermosa rubia, despampanante, Jorge, y me dijo: "¿Me das un paseo en tu barco?". Le dije: "¡Claro que te paseo en mi barco!". La llevé mar adentro y, cuando estábamos allá, apagué el motor y le dije: "Elige: hacer el amor o nadar". ¡Y la rubia tampoco sabía nadar, Jorge, no sabía nadar!

Pasaron un par de días y Jorge entró otra vez al bar. Juan estaba en la barra, llorando sobre una cerveza.

-¿Qué te pasa, Juan? ¿Por qué estás así?

-Bueno, Jorge, no te puedo esconder nada. Ayer estaba en el muelle nuevamente, encerando mi barco, y apareció una estupenda morena, muy alta y sexy, y me dijo: "¿Me das un paseo en tu barco?". "¡Cuando quieras, nena!", le dije, y cuando estábamos mar adentro apagué el motor, la miré y le dije: "Elige: hacer el amor o nadar". La morena se quitó el top, Jorge y ¡qué busto, qué busto! Se quitó la minifalda, ¡la minifalda, Jorge! Y no era morena. ¡Era moreno, Jorge, moreno! ¡Y yo no sé nadar, Jorge, yo no sé nadar...!



Las zapatillas de Avelino

Avelino era el hombre más vago del mundo. Cierto día lo visitó su amigo Carlos, y Avelino le dijo:

-Siento mucho frío en los pies, pero me da pereza subir a mi habitación a buscar mis zapatillas. ¿Podrías traérmelas tú?

Fue a buscarlas el amigo, y en la segunda planta pasó por delante de la habitación de las dos hermanas de Avelino, solteras algo maduras ya las dos, pero muy guapas. Tenían la puerta de su cuarto abierta y estaban ligeras de ropa. Carlos les dijo:

-Su hermano está sufriendo porque a ustedes se les está yendo la juventud sin haber escuchado un "te quiero". Me pidió que subiera y les hiciera el amor.

-¡No es posible! -se asombraron ellas-.

-Claro que sí -respondió Carlos-. Esperen.

Se asomó por la barandilla de la escalera y le preguntó en voz alta a Avelino:

-¿Las dos?

Avelino, que esperaba con ansiedad sus zapatillas, le respondió, impaciente:

-¡Claro que las dos, idiota!

-¿Lo ven? -les dijo, triunfalmente, el amigo a las hermanas-.



La familia de él

María estaba consolando a su amiga Rosita, quien lloraba sobre su hombro.

-¡Soy una desgraciada, María!

-¿Por qué dices eso, Rosita?

-¡Soy una infeliz, una incomprendida! Nadie de la familia de él acepta nuestro amor. Están todos en contra: el padre, la madre, los hermanos, los sobrinos... ¡Todos!

-¿Cómo puede haber gente así, tan mala?

-¡Y eso no es nada, María! ¡La que más manía me tiene es la esposa...!



León escurridizo

Un hombre le cuenta a su amigo:

-Iba yo caminando por la selva cuando, de repente, me salió un león. El miedo me dominó y eché a correr para librarme de él. Cuando parecía que ya iba a darme caza, el león se deslizaba, y yo corría y corría, y estando otra vez ya muy cerca el león se volvía a deslizar.

-¡Si me pasa eso a mí me cago de miedo!

-¿Y por qué crees tú que se deslizaba el león?



Astucias de mujer

Un amigo se encuentra con otro y le dice:

-¡Diablos! Lo que me pasó esta mañana es increíble.

-¿Y qué fue lo que te pasó?

-Yo estaba en la esquina cuando llegó una mujer en su coche y me invitó a un paseo. Fuimos a su casa y, cuando estábamos dentro de la habitación, llegó el esposo y... ¡suerte que esa mujer era astuta! Me dijo que me pusiera a planchar una pila de ropa.

-¿Y qué más pasó? -preguntó el amigo, nervioso-.

-Cuando el marido me vio planchando la mujer le dijo que yo estaba buscando trabajo y, como ella tenía mucha ropa para planchar, me contrató. El hombre no quedó muy convencido y se me sentó al lado a ver si yo sabía planchar.

-¿Y entonces? -dijo el amigo, intrigado-.

-Después de dos horas planchando, cuando terminé pude salir de la casa. Es decir, que estoy vivo gracias a la astucia de esa mujer.

-Por curiosidad, ¿esa mujer no vivirá en la calle Principal, número 8?

-¿Cómo lo sabes?

-¡No jodas! Esa ropa que tú planchaste, ¡la lavé yo ayer!



Vehículos celestiales

Un día se mueren tres amigos en un accidente de tráfico. Los tres suben al Cielo y los recibe San Pedro, quien les comenta cómo va a ser su estancia allí:

-Aquí en el Cielo todo el mundo se desplaza en coche, y la calidad de éste depende del comportamiento que se haya tenido en vida. Tú, Juan, por haber sido infiel a tu esposa en 20 ocasiones, conducirás un Twingo con parches y abolladuras, el tapizado hecho polvo y el tubo de escape picado. Tú, Antonio, por haber traicionado a tu esposa con otras 5 mujeres, tendrás un Corsa 1.400 en buen estado general, con pocos fallos. Y tú, Jaime, por haber sido siempre fiel a tu esposa, irás en un Aston Martin V8 de 400 CV, con kit deportivo, tapicería en piel y equipo de audio JBL de 240 W. RMS. Además, como premio adicional, te alojarás en la suite presidencial del Hilton y te haremos socio del club de golf.

Cada uno de los tres amigos toma un rumbo con el vehículo que le han adjudicado. A los cuatro meses, después de haber recorrido muchos kilómetros por las carreteras celestiales, se encuentran los tres por casualidad en un semáforo. Juan y Antonio se bajan de sus coches para saludarse y observan que Jaime no se baja de su Aston Martin. Lo ven llorando amargamente al volante y, extrañados, se dirigen hacia él:

-¿Por qué lloras, Jaime? ¡Pero si tienes el mejor coche del Cielo y vives como un marajá, tío! No tienes motivos para estar deprimido...

-¿Que no? ¡Joder...! ¡Acabo de ver a mi esposa en patinete!



Amigo viajero

Dos amigos se encuentran después de mucho tiempo sin verse. Uno de ellos, que siempre está de viaje, le muestra una foto al amigo en la que se ve una montaña nevada.

-¿Sabes qué es esto?

-No.

-Es el Everest. ¡A ver si viajas más!

Entoneces le muestra una fotografía de un campo completamente verde.

-Y esto, ¿sabes qué es?

-¡Claro! Eso es Asturias.

-¡No! Es Canadá. ¡A ver si viajas más!

Entonces el amigo saca una fotografía del bolsillo, en la que se ve a un hombre.

-¿Sabes quién es éste?

-No.

-Pues es el tío que se tira a tu mujer mientras tú estás de viajes. ¡A ver si viajas menos!



Orgullo de madre


Dos madres se encuentran en el descansillo de la escalera y una le dice a la otra:

-¿Qué tal tu hija?

-De maravilla, después de hacer la entrevista para ese trabajo que te dije la escogieron. En dos semanas la han ascendido de administrativa a jefa de sección, el jefe le ha dado un coche de la empresa y ahora le va a alquilar un apartamento cerca de la oficina para que tarde menos en llegar al trabajo. ¿Y la tuya?

-Pues la mía igual de puta, pero con menos suerte...



Tampones

Tres convictos van camino de la prisión. A cada uno le permiten llevar un objeto consigo para ayudarles a ocupar su tiempo mientras están encarcelados. En el autobús, uno le pregunta a otro:

-Oye, ¿tú que trajiste?

El segundo convicto saca una caja de pinturas y dice que piensa pintar todo lo que pueda. Entonces le pregunta al primero:

-¿Y tú que trajiste?

El prisionero saca un mazo de cartas y dice:

-Yo traje cartas. Puedo jugar al póker, al solitario y a muchos otros juegos.

El tercer convicto estaba sentado en silencio, sonriendo para sí mismo. Los otros dos lo ven y le preguntan:

-Y tú, Manolo, ¿por qué estás tan sonriente? ¿Qué trajiste?

Manolo saca una caja de tampones y dice, sonriente:

-Yo traje estos.

Los otros dos se miran intrigados y preguntan:

-¿Qué puedes hacer con esos?

Manolo se ríe satisfecho, apunta a la caja y dice:

-Bueno, según dice aquí, puedo montar a caballo, nadar, patinar...



Funeral por un albañil

En el funeral de un albañil, un hombre desconocido por la familia llora amargamente. Se le acerca la mujer del difunto, y dice:

-¿Era usted amigo suyo?

-Sí.

-¿Le quería mucho?

-Sí... Sus últimas palabras fueron para mí.

-¿Ah, sí? ¿Y cuáles fueron?

-"¡Mariano, no muevas el andamio!"



Hombres aburridos buscan diversión

Se reúnen un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, un zoófilo y un pirómano. Enfermos de aburrimiento, y sin saber cómo ocupar el tiempo, el zoófilo dice:

-¿Y si nos follamos un gato?

Entonces el sádico dice:

-¡Eso! ¡Vamos a follarnos un gato y después lo torturamos!

El asesino agrega:

-¡Follémonos al gato, torturémoslo y después lo matamos!

Dice el necrófilo:

-¡Vamos a follarnos al gato, torturarlo, matarlo y después nos lo follamos otra vez!

Agrega el pirómano:

-Follémonos al gato, torturémoslo, lo matamos, volvemos a follárnoslo y después le prendemos fuego!

Se hace un repentino silencio, y todos miran al masoquista y le preguntan:

-Y tú, ¿no dices nada?

Y el masoquista dice:

-¡Miauuu!



Busco a mi señora

Dos caballeros que se movían desorientados en el interior de un supermercado chocan con sus carritos de compras. Uno le dice al otro:

-Perdóneme usted; es que busco a mi señora.

-¡Qué coincidencia, yo también! Estoy ya desesperado.

-Bueno, tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?

-Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un culo precioso; en fin, muy bonita... ¿Y la suya?

-Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.



Respeto

Unos hombres están jugando al golf. Justo al lado del campo se encuentra un cementerio. Cuando están en uno de los hoyos colindantes con el cementerio uno de los hombres interrumpe su juego, se pone a mirar desde lejos el funeral, se quita la gorra, se inclina, reza una breve oración y regresa a su juego de golf. El compañero le dice:

-Oye, Miguel, eres la persona más respetuosa que he conocido, sientes el dolor de las demás personas cuando pierden a un ser querido, me siento muy orgulloso de jugar al golf contigo.

-Gracias por tus palabras; es lo menos que podía hacer, estuvimos casados 34 años.



Toro salvaje

Tres amigos estaban reunidos tomándose una cerveza y, entre otras cosas, hablaban sobre las mejores posiciones durante el acto sexual. Uno de ellos dijo:

-Para mi, la mejor es el 69.

Otro dijo:

-Para mi, la mejor es la del pollito pastando.

Y el último dijo:

-No hay nada mejor que la del toro salvaje.

Los otros dos amigos lo miraron asombrados y le preguntaron de qué se trataba. El hombre explicó:

-Primero le dices a tu mujer que se coloque a cuatro patas y comienzas por detrás, al estilo perrito; una vez que la cosa se ponga bien caliente, apoyas tu pecho sobre la espalda de ella, la abrazas fuertemente y le dices con delicadeza, bien despacito, al oido: "Esta posición vuelve loca a mi secretaria..." Y después hay que tratar de mantenerse encima por más de 8 segundos.



Cita con retraso

Inés Bilbatua, madura señorita soltera, llegó con una hora de retraso a la cita que tenía para merendar con su amiga Soledad Casamares, célibe como ella.

-¿Por qué llegas tan tarde? -le preguntó Soledad-.

-Un hombre empezó a seguirme.

-¿Y fuiste a la Policía?

-No -respondió Inés-. Es que el hombre caminaba muy despacio.



Vacilones

Un amigo le comenta a otro:

-Ayer le hice el amor a mi mujer tan bien que el crucifijo de encima de la cama se puso a aplaudir cuando me la estaba tirando.

A lo cual el otro, sin cortarse, responde:

-Eso no es nada, cuando yo hago el amor con la mía los apóstoles del cuadro de "La Última Cena" de la pared de enfrente hacen la ola.



La amistad para ellas y ellos

Amistad entre mujeres: una noche, una mujer no llegó a dormir a su casa. Al día siguiente le dijo a su esposo que se había quedado a dormir en casa de una amiga. El hombre llamó a las 10 mejores amigas de su esposa: ninguna de ellas sabía nada al respecto.

Amistad entre hombres: una noche, un hombre no llegó a dormir a su casa. Al día siguiente le dijo a su esposa que se había quedado a dormir en casa de un amigo. La mujer llamó a los 10 mejores amigos de su esposo: 8 confirmaron que se quedó a dormir en su casa y los otros 2 aseguraron que aún se encontraba allí.



Dos amigas al teléfono

Conversación telefónica entre dos mujeres maduras:

-¡Hola! Cuéntame, ¿cómo te fue con tu cita de la otra noche?

-¡Horrible! ¡No sé qué pasó!

-¿Por qué? ¿No te dio ni un beso?

-¡Si! Me besó tan fuerte y me mordió los labios hasta que pensé que se me iba a explotar el implante de colágeno. Entonces me acarició el pelo y se me salieron unas extensiones que tenía.

-¿No me digas que terminó ahí?

-¡Nooo...! Después me tomó la cara entre sus manos, hasta que le tuve que pedir que no lo hiciera más, porque me estaba aplastando el botox. Además, que mis pestañas postizas se le quedaron pegadas en la nariz.

-¿Y no intentó nada más?

-Sí, se puso a acariciarme las piernas y lo frené porque me acordé que no había tenido tiempo para depilarme. Al tratar de detenerlo, se me salieron dos de las uñas postizas; después le entró un arrebato de lujuria impresionante y me abrazó tan fuerte que casi se le quedan mis prótesis de las nalgas en las manos y casi me revienta los implantes de silicona de mis senos.

-¿Y después qué pasó?

-Que se puso a beber champaña en mi zapato.

-¡Ay...! ¡Qué romántico!

-¿Romántico? ¡Por poco se muere!

-¿Por qué?

-Porque se tragó el corrector del juanete que estaba dentro y casi se ahoga.

-¿Y después qué paso?

-¿Puedes creerte que se fue? ¡Para mí que era mariquita!



Método matemático para ganar

Dos amigos se encuentran en una agencia de loterías y uno le dice al otro:

-Hola, ¿qué haces tú por aquí?

-He venido a cobrar un triple que gané anoche.

-¿Ganaste un triple?

-Claro, y no es la primera vez.

-¿Y cómo haces para ganar?

-Es muy fácil. Mira, todo es cuestión de darle la vuelta a las matemáticas, los números no fallan. Te voy a dar un dato: a ver, ¿cuántas cervezas te has tomado hoy?

-Pues 3 cervezas

-Muy bien, entonces ya tienes el primer número: el 3. ¿Y has perdido el conocimiento alguna vez por una borrachera?

-Pues si, 5 veces.

-Muy bien ya tienes el segundo número, el 5. Tercera pregunta: ¿te han sodomizado algunaa vez?

-Claro que no, yo soy muy hombre. ¿Cómo te atreves a preguntarme eso?

-Está bien, no te ofendas, es sólo para buscar el otro número. Entonces, como nunca te ha sucedido tenemos el número 0. ¿Ves que fácil es? Juégate el triple 350 y verás que no falla.

Efectivamente, éste jugó el triple 350. Al día siguiente, al revisar los resultados de la lotería se da cuenta que salió el 351 y exclamó llorando:

-¡La madre que me parió! Esto me pasa por embustero...


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