miércoles

Chistes Cristianos (2)

El mejor invento

Uno de los inventores de la Harley-Davidson, Arthur Davidson, murió y fue al cielo. Al llegar a las puertas del cielo, San Pedro le dijo:

-Hijo mío, como fuiste un buen hombre y tus motos cambiaron el mundo, tu premio es poder encontrarte con quien desees.

Arthur pensó un poco y despues dijo:

-¡Quiero encontrarme con Dios!

San Pedro llevó a Arthur hasta la sala del trono y lo presentó ante Dios. Dios reconoció a Arthur y le dijo:

-Así que fuiste tú el que inventaste la Harley-Davidson...

-Es cierto, fui yo.

-No fue un buen invento -comentó Dios-. Es un vehículo inestable, ruidoso y contaminante. De mantenimiento complicado y alto consumo.

Arthur, molesto con los comentarios, replicó:

-Discúlpeme, pero, ¿no fue Dios quien inventó a la mujer?

-Sí, fui yo -respondió Dios-.

-Bien, entre nosotros dos, de profesional a profesional, su invento fue bastante desafortunado: la suspensión delantera es muy inconsistente, es muy ruidosa y habladora a altas velocidades, en la mayoría de los casos la suspensión trasera está floja y vibra demasiado, el área de entretenimiento está localizada demasiado cerca de la de reciclado y los costes de mantenimiento son desproporcionados.

Dios meditó y respondió:

-Es posible que mi invento tenga defectos, pero, de acuerdo con los datos que manejo, hay muchos más hombres que han montado en mi invento que en el tuyo...



La costilla de Eva


Un día, en el paraíso, Eva llamó a Dios:

-Tengo un problema...

-¿Cuál es el problema, Eva?

-Sé que me has creado, que me has dado este hermoso jardín y un bello cuerpo; toda la gracia, inteligencia, mucho amor, mucha ternura, un sexto sentido maravilloso, todos estos maravillosos animales y esa serpiente con la que me muero de risa, pero... ¡no soy del todo feliz!

-¿Cómo es eso, Eva?

-Es que me encuentro sola, y además estoy harta de comer manzanas. Quiero satisfacer mis necesidades de otra manera, más divertida...

-Bueno, Eva, en tal caso tengo una solución: crearé un hombre para tí.

-¿Qué es un hombre?

-Un hombre será una criatura totalmente imperfecta: maniático, mentiroso, tramposo, rencoroso, engreído... En fin, que te va a dar problemas. Pero será más fuerte y más rápido que tú, le gustará cazar y maltratar a los animales que ahora te rodean sólo por diversión. Tendrá un aspecto simple, vulgar, con muy poco cerebro, sin complicaciones, sin dar explicaciones, algunas veces grosero, altanero, preparado para el trabajo duro, pagado de sí mismo, con algunas cosas de niño (tales como pegarse, dar patadas a un balón, correr detrás de otros...). Pero, como te estás quejando de tu soledad y de tu aburrimiento, le crearé una sola virtud, de tal forma que satisfaga tus "necesidades". Pero, ¡eso sí!, tendrás que halagarle, reírle las gracias, valorar sus aptitudes, hacerle creer que es el mejor, que satisface tus necesidades maravillosamente...; podrás ser hipócrita con él, porque como ya te he dicho será muy simple y se creerá todo lo que tú le digas. Necesitará siempre de tu consejo para actuar correctamente, y tendrás que estar muy pendiente de él para que no se despiste.

-Parece que suena difícil, pero bueno -dijo Eva, levantando una ceja irónicamente-. ¿Cuándo voy a tener un hombre en mi paraíso?

-Pues... te lo voy a crear ahora mismo, pero con una condición.

-¿Cuál?

-Como será rencoroso, vanidoso y egoísta... ¡tendrás que hacerle creer que lo hice a él primero!

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