miércoles

Chistes de Niños (2)

Lenguaje inapropiado

La madre le dijo a su hijita de 6 años, que estaba jugando en el parque:

-¡María! ¡Ten cuidado no vayas a tocar ese condón que algún sátiro pervertido y pederasta ha tirado en el césped!

La niña, con cara de sorpresa, respondió:

-Mami, ¿qué quiere decir "césped"?



Católicos y protestantes

Un niño católico y una niña protestante coincidieron en las vacaciones en Cancún. Se fueron a la playa y, como nadie les veía ni les dijeron nada, se pusieron a nadar como Dios los trajo al mundo. Los chiquillos, que eran pequeños e inocentes, se quedaron mirándose el uno al otro. Finalmente, la niña le dijo al niño:

-¡Nunca imaginé que las diferencias entre católicos y protestantes fueran tantas!



El padre más rápido

Tres niños presumían de sus padres en el patio del colegio, durante el recreo:

-Mi padre es futbolista. Es tan rápido que puede disparar una flecha, echar a correr y cogerla con la mano antes que caiga al suelo.

-¡Eso no es nada! Mi padre es atleta profesional. Es tan rápido que puede disparar un rifle, echar a correr y atrapar la bala en el aire con sus dientes.

-¡Eso no es nada! Mi padre es funcionario. Es tan rápido que termina de trabajar a las tres de la tarde y antes de las dos ya está en casa.



¿Dónde está Dios?

Una pareja tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años de edad, que eran excesivamente traviesos. Siempre andaban metidos en líos y sus padres sabían que, cuando alguna travesura se cometía en el barrio, sus hijos seguro que estaban implicados. La madre de los chicos había escuchado que el sacerdote de su parroquia había tenido mucho éxito disciplinando a niños difíciles, así que le pidió que hablara con sus hijos. El sacerdote aceptó, pero pidió hablar con ellos por separado. La madre decidió enviar primero al niño más pequeño.

El sacerdote era un hombre enorme y con una voz muy profunda. Sentó al niño frente a él y le preguntó gravemente:

-¿Dónde está Dios, hijo?

El niño se quedó boquiabierto, pero no respondió, así que el sacerdote repitió la pregunta en un tono todavía más grave:

-¿Dónde está Dios?

De nuevo el niño no contestó. Entonces el sacerdote subió aún más el tono de su voz, agitó su dedo apuntando frente a la cara del niño, y gritó:

-¡Te estoy preguntando! ¿Dónde está Dios?

El niño salió gritando del cuarto, corrió hasta su casa y se escondió en el baño, dando un portazo. Cuando su hermano lo encontró, le preguntó:

-¿Que pasó con el cura?

El hermano pequeño, sin aliento, le contestó:

-¡Ahora si que la hemos cagado! ¡Dios se perdió! ¡Y el cura cree que lo tenemos nosotros...!



Génesis vs. Darwin

Una niña hizo una pregunta a su padre:

-Papá, ¿cómo se creó la raza humana?

El padre le contestó:

-Dios creó a Adán y Eva y ellos tuvieron hijos, y así se formó la raza humana.

Dos días después, la niña le hizo a su madre la misma pregunta. La madre contestó:

-Hace muchos años existían los monos y fueron evolucionando hasta los seres humanos que ves hoy.

La pequeña, confundida, regresó con su padre y le preguntó:

-Papá, ¿cómo es posible que tú digas que la raza humana fue creada por Dios y mi mamá diga que evolucionó del mono?

-Mira, querida, es muy simple: yo te hablo de mi familia y tu madre te habla de la suya.



Telepatía

-Papá, ¿qué es la telepatía?

-Es cuando dos personas piensan a la vez la misma cosa.

-¿Como mamá y tú?

-No, hijo, eso es puta casualidad.



El supositorio de la abuelita


Una abuelita le dijo a su nieto de 10 años:

-Robertito, por favor, mira si puedes ayudarme a ponerme este supositorio que me ha recetado el médico.

Robertito contestó:

-Abuelita, yo no sé poner supositorios.

La abuelita insistió:

-Robertito, que yo no llego, por favor, que no me puedo agachar.

Robertito, ante la súplica de su abuelita, no se puede negar. Cuando la abuela se puso en posición y el muchacho cogió el supositorio, no pudo evitar preguntar, asustado:

-Abuela, ¿lo meto por el agujerito o se lo doy de comer al pavo?




Tengo duda


El abuelo estaba viendo la televisión y, sin darse cuenta, sintonizó un canal porno. Después de ver las imágenes durante cerca de veinte minutos, se dio cuenta que su nietecito de ocho años estaba sentado a su lado, por lo que procedió a cambiar de canal y le preguntó al niño:

-Hijito, ¿viste a ese señor en la TV?

El niño le respondió:

-Ti.

-¿Y viste a la señora en la TV?

-Ti.

-¿Viste lo que hacían el señor y la señora en la TV?

-Ti.

-¿Y qué opinas?

-Tengo duda.

Intrigado, el abuelo le dijo:

-¿Y qué duda tienes?

A lo que el pequeño respondió:

-¡Tengo duda la pidula!




Subir a la azotea


-Papá, ¿me puedo subir a la azotea?

-No, hijo, que te puedes caer...

-Pero papá, ¡déjame ir a la azotea!

-¡Te digo que no, que te puedes caer!

-Por favor, papá, ¡déjame subir!

-¡He dicho que no!

-¡Buaaaaa! ¡Buaaa!

-Está bien, sube a la azotea.

-¡Buaaaaa! ¡Tú lo que quieres es que me caiga! ¡Buaaaaaaaa!




El problema de matemáticas


-Papá, papá, ¿me haces el problema de matemáticas?

-No, hijo, no estaría bien.

-Bueno, pero inténtalo de todas formas.




¿Cómo nací yo?

¿Cómo explicar de dónde vienen los niños en el siglo XXI?

Un bonito día, un hijo le preguntó a su padre:

-Papá, ¿cómo nací yo?

-Mira, hijo, algún día debíamos hablar de esto, y te voy a explicar todo lo que debes saber: un día, papá y mamá se conectaron al Facebook. Papá le mandó a mamá un e-mail para vernos en un cibercafé. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común y que nos entendíamos muy bien. Papá y mamá decidimos entonces compartir nuestros archivos. Nos metimos disimuladamente en el W.C. y papá introdujo su pendrive en el puerto USB de mamá. Cuando empezaron a descargarse los archivos, nos dimos cuenta que no teníamos firewall. Era ya muy tarde para cancelar la descarga, e imposible borrar los archivos. Así es que, a los nueve meses... apareció el virus.




Bendecir la mesa


Dos niños se sentaron a la mesa para la cena. Uno de ellos preguntó al otro:

-Oye, ¿en tu casa rezáis antes de comer?

-No -respondió el otro-, mi mamá cocina bien.




Cosas de niños

Una tarde me dieron ganas de probar una receta nueva. Mi hijo, de 6 años, un diplomático en ciernes, ya se había comido casi la mitad del guiso cuando alzó la mirada y comentó:

-Mamá, eres una estupenda cocinera, ¡pero esta receta está espantosa!



Llevaba un mes buscando una casa para comprala. Un día, al recoger a mis hijas del colegio, la más pequeña me pregutó si ya la había encontrado. Le dije que sí, que había visto una con tres habitaciones. Me preguntó que para quién iban a ser las habitaciones. Le respondí que una era para su hermana, otra para ella y la última para su papá y para mí. La niña contestó:

-¡Ay, mamá! ¿Por qué no compraste una con cuatro habitaciones, para que mi papá tenga la suya? ¡Al pobre siempre le toca contigo...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario