miércoles

Chistes de abogados (2)

Gesto caballeroso


-Señor abogado, lo que dice mi mujer es completamente absurdo. ¡A la mayoría de las mujeres les encanta tener un marido caballeroso! ¿Cómo se puede alguien quejar de que le abran la puerta del coche?

-Señor López, puede que sea un gesto caballeroso abrirle la puerta del coche a su mujer, pero no lo es tanto cuando el vehículo lleva una velocidad de 140 kilómetros por hora...



Juez y parte

El juez preguntó al acusado:

-¿No le conozco de alguna parte?

-Sí, le dí clases de piano a su hija.

-¡Condenado a treinta años de cárcel!



La serpiente y el topo


Una serpiente se desplazaba entre la maleza. De pronto se detuvo frente a un topo, quien le dijo:

-Soy ciego de nacimiento, y no sé lo que soy.

La serpiente respondió:

-A mí me sucede lo mismo.

-No sé qué clase de animal soy, nadie se atrevió nunca a confesármelo.

-A mí tampoco -replicó la serpiente-, pero podríamos ayudarnos el uno al otro a descubrir nuestra identidad.

El topo aceptó, entusiasmado. La serpiente lo rodeó con su cuerpo y, mediante el tacto, percibió sus características. Al cabo de unos segundos, le informó:

-Eres pequeño, fuerte, peludo, tienes una trompa larga y uñas afiladas.

El topo se angustió:

-¡Ay, Dios mío, soy un topo!

-No te preocupes, no es para tanto, ser un topo no es algo tan malo. Bueno, ahora te toca a ti.

El topo hizo su trabajo y luego dijo:

-Eres viscoso, tu cuerpo es ideal para arrastrarse, escondiéndose de los enemigos. Tu lengua es rápida y agresiva, y además huelo que eres venenoso.

La serpiente se angustió:

-¡Ay, Dios mío, soy un abogado!



Testigos


Estaban juzgando a un ladrón y le dijo el juez:

-Se le acusa a usted del robo de un televisor.

-No, yo no he robado nada, señor juez.

-Le puedo traer a cinco testigos que lo vieron.

-Yo le puedo traer a veinte que no me vieron...

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