sábado

Chistes de Parejas (5)

Sólo he dormido contigo

La celosa y enfadada mujer le espetó a su marido:

-¡A saber con cuántas mujeres habrás dormido!

Con gran tranquilidad y una sonrisa pícara, él respondió.

-¡Contigo sólo, cariño! Con las otras nunca me da sueño...



Mi mujer no llega al orégano

Una pareja de gitanos fue al ginecólogo. El marido habló así al médico:

-Ayyyy miiiiire, dotor, es que tenemo un pobleeeema: mi mujel y yo queremo tené condescendencia y no podeeemo, pero no sabeeemo si es poque yo soy omnipotente o mi mujel es histérica. Anteriolmente habíamo ido a otro dotor y nos dijo que mi mujel tenía la vajilla rota y la emperatriz subida, y como, ademá, la operaron de la basílica balear, no sabemo si eso puede haber influío. También a mí, hace años, me operaron de la protesta, y a lo mejor me han dejao escuelas en el cuerpo. Nos recomendaron ir a un médico en la capital, que era mu güeno. En esa consurta, a mi mujel le hisieron una coreografía, y el médico nos dijo que no veía na raro, y nos recomendó que hiciéramo el cojito a diario. Entonses, 15 día ella y 15 día yo, estuvimo haciendo el cojito, pero ná de ná. Nos volvimo pa quí y otro dotor nos recomendó hacer vida marítima má endeseguío..., y no fuimos a la playa de Conil, a la de Barbate, y en toas las playas hacíamo vida marítima, pero ná de ná. Ademá, mi mujel hace tiempo tuvo un alboroto y le nació el féretro muerto, y a lo mejor eso ha influido. Pero yo creo personarmente que tol poblema eh que mi mujel es frigorífica, porque nunca llega al orégano...



Carta a la mujer amada

Amada mía:

Por ti soy capaz de cualquier cosa: cruzar océanos a nado, llegar a la cima de la montaña más alta del mundo, gritar a los cuatro vientos mi amor por ti, enfrentarme a cualquier obstáculo que nos separe; te amo tanto...

Besos,

Juanito

P.D.: Llegaré el jueves, si no llueve...



El golfista y la rana

El hombre acababa de empezar su partida de golf. Estando en el segundo hoyo alcanzó a ver a una rana que estaba sentada cerca del green. No le prestó demasiada atención hasta que fue a golpear la bola y escuchó una voz que decía "hierro 9". El hombre miró alrededor y no vio a nadie. De nuevo escuchó "hierro 9". Entonces se dio cuenta de que quien habló fue la rana, y para probar que estaba equivocada tomó el hierro 9 y golpeó. La bola entró directa al hoyo. El hombre se quedó muy sorprendido y le dijo a la rana:

-¡Esto es increíble! Debes ser la rana de la buena suerte, ¿no?

La rana respondió:

-Rana afortunada.

El hombre decidió llevarse a la rana al siguiente hoyo.

-¿Qué opinas, rana?

-Madera 3.

El hombre sacó una madera 3 y golpeó la bola, haciendo un hoyo en uno. Se quedó complentamente desconcertado, sin saber qué decir. Cuando terminó el recorrido, el hombre había hecho la mejor puntuación de su vida, así que le preguntó a la rana:

-¿Y ahora qué hacemos?

-Las Vegas -contestó la rana-.

De modo que se fueron a las Vegas, entraron en un casino y el hombre le dijo a la rana:

-¿Y ahora qué?

-Ruleta -dijo la rana-.

Se acomodaron frente a la ruleta y el hombre dijo:

-¿Cuánto debo apostar y a qué?

-$30.000, número 6.

Esta apuesta se pagaba 36 a 1, pero después de lo que sucedió en el campo de golf el hombre no se lo pensó dos veces. Miles de fichas se acumularon frente al hombre cuando la bolita se paró en el número 6.

-¿Y ahora?

-Apuéstalo todo de nuevo al 6 -dijo la rana-.

El hombre volvió a ganar, cambió sus fichas y consiguió la mejor y más cara habitación del hotel. Una vez en ella, le dijo a la rana:

-Rana, no sé cómo pagarte. Me has hecho ganar todo este dinero y te estoy eternamente agradecido.

La rana contestó:

-Bésame.

El hombre pensó que después de todo lo que la rana había hecho por él es lo menos que se merecía. Cuando besó a la rana, ésta se convirtió en una hermosísima y joven mujer.

-Y esta es la razón por la cual la chica estaba en mi habitación, Elin. ¡Te lo juro por lo que más quiero, o dejo de llamarme Tiger Woods!



El viajante y su mujer

El viajante llegó a su casa después de haber pasado dos semanas de viaje.

-¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa que te voy a echar el polvo de tu vida.

Entraron en la habitación, se metieron en la cama e hicieron el amor de manera salvaje, brutal, escandalosa. Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:

-Ya está bien, ¿no? ¡Toda la semana igual, coño...!



Amores circenses

El director del circo entró su caravana y contempló con horror cómo su contorsionista esposa se refocilaba en la cama con Peter el enano.

-¡Pérfida mujer! -le recriminó su esposo-. ¿Cómo puedes hacerme esto? ¡Si hace apenas una semana te encontré con Jack el gigante!

-¡No te enfades, cariño! ¿No ves que me estoy quitando?



Una final es algo irrepetible

El hombre tenía un palco preferente reservado para la final del mundial de fútbol. Cuando se sentó, comprobó que el sitio de al lado estaba vacío, así que preguntó al hombre sentado en el siguiente asiento:

-¿Está ocupado?

-No, no lo está.

-¡Vaya, es increíble! ¿Quién, en su sano juicio, gasta tanto dinero en un asiento como éste para la final del mundial, el evento deportivo más grande del mundo, y luego no lo usa?

-Verá, en realidad el asiento es mío... Lo pagué hace dos años, pues se suponía que mi esposa me iba a acompañar..., pero ella falleció. Este es el primer mundial en el que no vamos a estar juntos desde que nos casamos, en 1982.

-¡Eso es terribe, lo lamento mucho! Pero, ¿no encontró a nadie que quisiera acompañarle? ¿Un amigo, un pariente o incluso un vecino que pudiera ocupar el asiento?

-¡No, ciertamente no! ¡Todos esos huevones prefirieron asistir al funeral!



Triángulo amoroso


Un hombre entró en la habitación con una cabra en brazos. Su mujer, echada en la cama, estaba leyendo un libro. Dijo el hombre:

-Mira, cariño, esta es la vaca con la que hago el amor cuando tienes jaquecas.

Contestó la mujer:

-Si no fueras tan tonto, te darías cuenta de que es una cabra.

El hombre sonrió y replicó:

-Si no fueras tan tonta, te darías cuenta de que estoy hablando con la cabra.




¿Quién quiere ser millonario?

Mi esposa y yo estábamos viendo "Quién Quiere Ser Millonario" mientras estábamos en la cama. La miré y le pregunté:

-¿Quieres tener sexo?

-No -me contestó-.

Así que le pregunté:

-¿Respuesta definitiva?

-Sí -me contestó-.

-Entonces voy a llamar a una amiga.

Y fue a partir de ese día que comencé a cojear, doctor.




El marido perfecto

Un grupo de hombres estaba en los vestuarios del gimnasio cuando sonó un teléfono móvil. Al cabo de unos segundos uno de ellos, activando el manos libres, contestó:

-¿Diga?

-¿Querido, eres tú? ¡Se oye muy mal!

-¿Hola? ¡Hola! ¿Diga?

-¿Estás en el gimnasio?

-¡Sí!

-Te llamo porque estoy frente al escaparate de una peletería, viendo un abrigo de visón precioso. ¿Puedo comprármelo?

-¿Y cuánto cuesta?

-Unos 3.000 euros.

-¡Bueno! Pero cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.

-¡Bueno! ¡Verás...! Resulta que también pasé por un concesionario de automóviles, y pensaba que ya es hora de cambiar el coche, así que entre y pregunté. ¿Y sabes qué? Resulta que tienen un BMW en oferta y es el último que les queda.

-¿Y de cuánto es esa oferta?

-Solo unos 50.000 euros. ¡Y es divino...!

-¡Bueno! Cómpralo, pero que te lo den con todos los extras y, si sale por un poco más, como situación excepcional, no me voy a enfadar.

La mujer, viendo a su marido con tan buena predisposición, decidió arriesgarse:

-Cariño, ¿te acuerdas que te conté que mamá quería venir a vivir con nosotros? ¿Te parece bien que la invite por un mes, a prueba, y el mes que viene lo volvemos a hablar?

-¡Bueno, está bien! Pero no me pidas nada más, ¿eh?

-De acuerdo, cariño. ¡Ay, cuánto te adoro, mi amor!

-¡Yo también te quiero! ¡Un besito, mi amor!

Al colgar el teléfono, el hombre miró al perplejo grupo y preguntó:

-¿Alguien sabe de quién es este móvil?




La última confesión

Un moribundo llamó a su mujer para confesarle sus mentiras y poder así morir en paz.

-María, ¿recuerdas aquella criada que tuvimos cuando vivíamos en Valencia, la que siempre llevaba desabrochado algún botón de la blusa? ¡Pues ese cuerpo fue mío!

-¿De verdad, Pepe?

-¿Y recuerdas a tu amiga Virtudes, aquella rubia despampanante que siempre iba con minifalda? ¡Pues ese cuerpo también fue mío!

-¡No me digas! Pepe, ¿y tú recuerdas cuando en Barcelona vivíamos enfrente del parque de bomberos? Pues ese cuerpo fue mío...




De morros


Por la mañana, el marido había discutido con su esposa. Por la noche, al llegar a casa, se desnudó y se metió en la cama. Levantó la sábana y observó el cuerpo de su esposa, al tiempo que sentía una erección. Inmediatamente detuvo el instrumento con la mano y dijo:

-¡Quieto, Canelo, que la señora está de morros!

A lo que ella contestó:

-¡Estoy de morros contigo! ¡El Canelo no me ha hecho nada!




Elogio


La mujer estaba desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. No estaba contenta con lo que veía y le dijo al marido:

-Me siento horrible, parezco vieja, gorda y fea. Necesitaría algún elogio para sentirme mejor.

El marido la miró y respondió:

-¡De la vista estás perfecta!




Reflejos en el espejo


La señora le dijo a su marido:

-No hemos comido carne en varios meses. Dame dinero para comprar al menos algo de carne picada.

-Ven conmigo -respondió el marido-.

Éste sacó de su cartera un billete de 500 euros y lo puso frente al espejo. Mientras le mostraba la imagen del billete reflejada en el espejo, le dijo a su mujer:

-¿Ves ese billete? Es tuyo.

Luego le puso frente a los ojos el billete y le dijo:

-¿Ves este billete? Es mío.

Él, con una sonrisa burlona, cogió el billete y lo volvió a guardar en la cartera. Esa noche, cuando él llegó a casa y encontró a su esposa en la cocina, acomodando en la nevera varios kilos de carne de excelente calidad, preguntó a su esposa, asombrado:

-¿De dónde ha salido toda esa carne?

-Ven conmigo -respondió la mujer-.

Lo llevó frente al espejo, se levantó la falda y le enseñó el reflejo de su trasero en el espejo.

-¿Ves ese culito? Es tuyo.

Añadió después, mostrándole el verdadero trasero:

-¿Ves este otro? Ahora es del carnicero.




Cartas de amor en la distancia

Un soldado español destinado en Irak recibió una carta de su novia desde Madrid. La carta decía lo siguiente:

"Querido Alberto: Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que te he sido infiel dos veces desde que te fuiste y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento. Por favor, devuélveme la foto que te envié. Con cariño, Sofía."

El soldado, muy herido, le pidió a todos sus compañeros que le regalaran fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas, etc. Junto con la foto de Sofía, incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigos. Había 57 fotos en el sobre y una nota que decía :

"Querida Sofía: Perdóname, pero no puedo recordar quién coño eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y me devuelves el resto."



Sin anestesia


Una mujer y su esposo tuvieron que interrumpir sus vacaciones para acudir al dentista.

-Necesito una extracción, pero sin anestesia, porque llevo mucha prisa -anunció la dama-. Extraiga la muela lo más rápido posible para que podamos irnos pronto.

Muy impresionado, el dentista exclamó:

-¡Qué valiente es usted, señora! ¿Cuál es la pieza?

La mujer se volvió a su marido y le dijo:

-Muéstrale la muela que te duele, cariño.

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