martes

Otros chistes

Aprendiz de ventas
Un chico, en su primer día de trabajo en una tienda, recibe consejos de un compañero veterano:

-Mira, si quieres triunfar en este negocio tienes que ganarte al encargado, y la manera de hacerlo es vendiendo el producto de la semana, siempre que te sea posible. Esta semana, por ejemplo, tenemos en promoción el Cristasol, y hay que intentar colocarlo a nuestros clientes. Te voy a hacer una demostración práctica para que lo entiendas.

Dicho esto, se dirige a atender a una clienta:

-Buenos días, señora, ¿qué desea?

-Un bote de Pronto.

-¡Buena elección, señora! ¡Con el bote de Pronto relucirán espectacularmente todos sus muebles! Pero sería una lástima que tanto resplandor desmereciera por la suciedad de sus cristales; es por eso que me he permitido traerle también el Cristasol, que además es el producto oferta de esta semana.

La señora se va contenta con ambos productos.

-¿Lo ves? Mira, ahora lo intentaré de nuevo. (Dirigiéndose a otra clienta) Buenos días, señora, ¿qué desea?

-Una botella de Tenn.

-¡Sabia elección! ¡Le van a quedar unos suelos como los chorros del oro! Lástima que unos cristales sucios le desmerezcan tanto sus suelos. Si lo desea, me he tomado la libertad de traerle una botella de Cristasol, que le solucionará el problema, y además es nuestro producto oferta.

Nuevamente, el vendedor veterano consigue vender ambos productos.

-¿Lo vas captando?

-Sí, creo que sí...

-Bien. ¡Ahora vas a intentarlo tú!

Entra una nueva clienta, y la atiende el chico nuevo.

-Buenos días, señora, ¿qué desea?

-Una caja de Tampax.

-¡Vaya! -el chico se queda perplejo, pero rápidamente reacciona-. Aquí tiene, señora, su caja de Tampax. ¡Buena elección! Los Tampax le serán de gran utilidad, pero permítame decirle que sería una lástima que no se llevara también una botella del producto que promocionamos esta semana, el Cristasol..., ya que, como va a estar cuatro días sin poder follar, por lo menos se entretiene limpiando los cristales.



Tres deseos
En cierta universidad se hallaban el rector y la mayor parte del profesorado discutiendo temas variados durante una reunión, cuando de repente se les apareció un ángel. Se hizo un gran silencio, y el ángel dijo:

-Rector, en recompensa a todos los servicios que has prestado a tus conciudadanos, a la humanidad, y por tu gran corazón, he sido enviado para concederte un premio. Puedes elegir entre: 1) la sabiduría absoluta; 2) riquezas sin fin; 3) una belleza perfecta que te hará irresistible a todas las mujeres.

Sin pensarlo mucho, el rector respondió:

-Escojo la sabiduría.

Y, al tiempo que desaparecía entre una nube de humo, dijo el ángel:

-Tu deseo ha sido concedido.

Pasaron varios minutos en total silencio. Mudos por la sorpresa, los asistentes no reaccionaban. Hasta que, por fin, se recuperaron y, maravillados, dijeron:

-Por favor, rector, ahora que posee usted la sabiduría perfecta, díganos algo.

-¡Debí haber elegido el dinero!



Tres deseos
Un oso y un conejo caminaban por el bosque, peleándose entre ellos, cuando de pronto encontraron una lámpara mágica. El genio les concedió tres deseos a cada uno. El oso pidió primero:

-Yo quiero que todos los osos de este bosque sean hembras.

-Concedido.

El conejo habló:

-Yo quiero un casco de moto.

-Concedido.

El oso, extrañado con el conejo, continuó con su segundo deseo:

-Para estar seguro, deseo que los osos de todos los bosques vecinos sean hembras.

-Concedido.

El conejo solicita su segundo deseo:

-Yo quiero una moto Harley Davidson 1.000 cc.

-Concedido.

El oso, asombrado por los gustos del conejo, hace su tercer deseo:

-No quiero correr riesgos, quiero que todos los osos del mundo menos yo sean hembras.

-Concedido.

El conejo arranca en su moto y, cuando está a cien metros de distancia, grita su último deseo:

-¡Quiero que el oso sea mariquita!



De caníbales
El hijo canibalito pregunta a su papá:

-¿Papi, qué es eso que va en el cielo?

-A eso el hombre blanco le llama avión -contesta el papá caníbal-.

-¿Y eso se come? -pregunta el canibalito-.

-Solamente lo de dentro -contesta el caníbal padre-.



Papá caníbal le pregunta a su hijo:

-¿Gustarte el caldo de mamá, hijo?

El hijo le contesta:

-Sí, pero extrañarla.



Un hombre va toca a la puerta de una cabaña en un poblado caníbal.

-¿Está tu mamá?

El nene va a la cocina, mete el dedo en el caldero, lo prueba y regresa donde el hombre:

-Todavía no, le faltan 5 minutos.



Culto al cuerpo
Una gordita está en el baño de una discoteca, pintándose frente al espejo. De pronto entra una hermosa pelirroja: ojos azules, esbelta, cintura estrecha. Viste unos ajustados pantalones de cuero, se mira al espejo y dice antes de salir:

-¡Gracias, Diet Coke!

La gordita queda paralizada y deja su lápiz labial sin acabar de pintarse. Unos instantes después entra una hermosa morena, doblemente espectacular, mucho más escultural que la chica anterior. Lleva un estrecho vestido, se mira al espejo de arriba a abajo y dice antes de marchar:

-¡Gracias, Ultra Slim Fast!

La gordita queda atónita con el tubo de Rimmel a medio abrir. Al poco rato entra una hermosa rubia, todavía más bella que las dos anteriores: un cuerpo para parar el tráfico, piel suave y tersa, largas y bien torneadas piernas. La muñeca se mira al espejo, observa el bien formado trasero bajo el estrecho pantalón de seda y murmura:

-¡Gracias, Special K!

Haciendo un gran esfuerzo, la gordita termina de pintarse. Al echar una mirada final al espejo, exclama:

-¡El coño de tu madre, Galletitas Oreo!



Un día terrible
Como el Cielo se estaba llenando demasiado, San Pedro decidió decretar lo siguiente: "Para entrar al Cielo, la persona debe haber tenido un día terrible cuando murió". El decreto entró en vigor inmediatamente. Entonces, cuando llegó la primera persona, San Pedro le preguntó:

-¿Cómo fue tu último día?

-Ya hacía mucho tiempo que yo sospechaba que mi mujer me estaba engañando. Ese día decidí volver a mi casa más temprano y pillarla in fraganti. Al llegar a mi apartamento, que queda en el 25º piso, mi mujer estaba envuelta en una toalla, muy nerviosa, y actuando de forma sospechosa. Empecé a buscar por todos los rincones de la casa, debajo de la cama, dentro del armario..., pero no encontré a nadie. Ya me había cansado de buscar cuando miré hacia la terraza y vi al sinvergüenza colgando de la barandilla. Como loco, cogí la escoba y empecé a golpearle en las manos, hasta que se soltó y cayó desde el 25º piso. Pero, por desgracia, cayó sobre un toldo que amortiguó el golpe y no murió. Me dió tanto coraje que agarré lo más pesado que había en la casa, el frigorífico, y se lo arrojé encima. Sólo que de tanta emoción me dio un infarto y morí.

-¡Realmente tu día fue terrible! -dijo San Pedro-. ¡Puedes entrar!

Cinco minutos después llegó el segundo candidato a la entrada al Cielo. Y San Pedro le preguntó:

-¿Cómo estuvo todo? ¿Cómo moriste?

-Yo estaba haciendo mis ejercicios diarios en la terraza de mi apartamento, que está en el 26º piso, cuando me resbalé y caí. Afortunadamente, pude agarrarme de la barandilla del apartamento de abajo, el piso 25º. Ya casi me levantaba cuando apareció una mujer envuelta en una toalla y un loco empezó a golpearme las manos con el palo de una escoba, y entonces me caí. Pero un toldo amortiguó mi caída. Y estaba intentando levantarme, todo dolorido, cuando el mismo loco lanzó un frigorífico sobre mí.

San Pedro empezó a reír y dijo:

-Entiendo. Puedes entrar.

Después de otros cinco minutos llegó el tercer candidato. Y, como a los otros, San Pedro le preguntó:

-¿Cómo fue tu último día?

Y el muchacho, medio aturdido, respondió:

-Usted no me va a creer..., pero yo estaba desnudo, dentro de un frigorífico, y hasta ahora mismo no sé qué coño pasó...



Receta de cocina


La receta de hoy: "pollo a la concejalía".

Ingredientes:

-Un pollo
-Un despacho
-Varios chorizos

Preparación:

-Se coge el pollo.
-Se le coloca en un despacho.
-Se le rodea de chorizos.
-Se le deja a su antojo.
-Y él solito se va haciendo rico, rico, rico.



El malabarista y la Guardia Civil

Va un hombre por la autopista a 130 km. por hora cuando de pronto ve que le empieza a perseguir un coche de la Guardia Civil. El hombre se para en el arcén y ve cómo se para delante de él el coche, se baja un guardia, se acerca y le dice:

-Señor, iba usted a 130 km. por hora, cuando la velocidad máxima permitida es de 120, ¿lo sabía? Tendré que hacerle la prueba de alcoholemia.

A lo que el hombre responde:

-Bueno, no me voy a negar a soplar, pero le aviso de antemano que daré positivo. Verá, es que trabajo en un circo, y cuando tengo que tragar y escupir fuego uso alcohol y, quieras o no, siempre me trago algo. Pero si usted quiere soplo, aunque ya sabe que daré positivo.

Al mismo tiempo le señala los asientos traseros, donde hay varias garrafas, mazas, diábolos, palos chinos, bolas...

-Está bien, señor, no le haré soplar, y por esta vez se librará de la multa. Ha tenido suerte. Verá, es que a mí siempre me gustó mucho el circo, desde pequeño. ¿Me podría hacer usted un favor?

-Usted dirá.

-Pues me encantaría que me hiciese usted una pequeña demostración, si no es mucho pedir.

Dicho y hecho. El hombre sale del coche, coge sus bártulos y empieza a hacer malabares, primero con las bolas, luego con las mazas, mientras le mira el guardia. En esto pasa un camión, y el conductor se asoma por la ventanilla, tocando la bocina y gritándole al guardia:

-¡Hijos de puta! ¡Que cada día lo ponéis más difícil!



El genio

Un hombre entra en un bar con una enorme jerga de limpieza sobre sus espaldas. La deja a un costado de una mesa, se sienta y pide un café. El mozo, con curiosidad, le pregunta:

-Disculpe, señor, pero ¿para qué va a utilizar todo eso?

El hombre, con cara de cansado, le responde:

-No sé. Me la dio un genio que encontré en una botella.

El mozo empieza a reírse.

-¿Un genio en una botella? ¿Y usted piensa que yo le voy a creer eso?

El hombre extrae entonces una botella del bolsillo del saco y, entregándosela al mozo, le dice:

-Haga la prueba usted mismo.

Incrédulo, el mozo frota la botella y aparece el genio.

-¡Quiero un millón de pesos! -exclama asombrado el mozo-.

El genio vuelve a esconderse en la botella, y de pronto el bar empieza a llenarse de quesos. Cientos, miles de quesos van apareciendo. El mozo se desespera:

-¿Pero qué me entendió este genio de mierda? ¡Pesos le dije, no quesos!

Y el hombre lo mira y le contesta:

-¿Vio? El genio cumple, pero es medio sordo. ¿O usted piensa que yo le pedí tener una enorme jerga?



Timo en el Carrefour

¡El timo de Carrefour! ¡Cuidado, que no os pase como a mí!

Os aviso de una estafa que están realizando estos días en Santiago y en la que está cayendo bastante gente. La hacen en los parkings del Carrefour. Así funciona el timo: dos chicas muy guapas, rumanas, de entre 24 y 25 años, se acercan al coche mientras estás colocando en el maletero tus compras. Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas, haciendo salir disimuladamente un pecho de sus apretadas camisas. Cuando, al final, para darles las gracias, intentas darles una propina, ellas renuncian y piden que las lleves al Carrefour de la otra punta de la ciudad. Si aceptas, suben y se sientan en los asientos posteriores. Mientras conduces empiezan entre ellas a hacer juegos lésbicos. Cuando llegas al parking del otro Carrefour una de ellas, haciéndose la agradecida, se sube en el asiento anterior y te hace una felación brutal, mientras la otra, sin que te des cuenta, te roba la bolsa del pan y los yogures.

Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el miércoles, dos veces el jueves y otra vez el sábado, y probablemente también mañana por la tarde...



Los cinco secretos de un hombre feliz

1. Es importante encontrar a una mujer que comparta contigo la responsabilidad aportando dinero al hogar.

2. Es importante encontrar a una mujer alegre, que disfrute el baile, los paseos y que te haga reír.

3. Es importante encontrar a una mujer tierna de quien se pueda depender afectivamente sin que por ello te subordine y, además, que no mienta.

4. Es importante encontrar a una mujer que sea buena amante y que adore tener sexo contigo.

5. Es muy, pero que muy importante, que estas cuatro mujeres no se conozcan entre sí.



Consejo de madre

El otro día, mientras tomaba un descanso en la oficina donde trabajo, sin querer escuché a la secretaria, que le estaba dando consejos a su hija adolescente:

-Debes fijarte muy bien a la hora de escoger marido –le dijo con voz tranquila-. Mira a tu papá: sabe arreglar coches, lavadoras y cualquier aparato eléctrico.

Pensé que era un digno elogio para su esposo, hasta que agregó:

-No se te ocurra casarte con un hombre así... porque nunca vas a tener nada nuevo.



Casting televisivo

En un casting para un programa de televisión se pide a los participantes que den el nombre, los apellidos y una característica que les haga especiales. Llega el primero:

-Pepe Romerales: 100 metros lisos en 10 segundos.

El siguiente:

-Manuel Vargas: bailarín profesional.

Llega otro y dice:

-José Unamuno: una polla de 38 cm.

La que estaba apuntando le mira con los ojos desorbitados y le pregunta:

-¿Una qué?

-Unamuno, joder, ¡como el escritor!



Ligando en el restaurante

Un hombre entra en un restaurante y ve a una mujer muy bonita sola en una mesa. Se aproxima y pregunta:

-Disculpe, señorita, he visto que está usted sola, ¿puedo sentarme y hacerle compañía?

La mujer, escandalizada, se pone de pie y responde gritando:

-¿Usted está loco? ¿Pero qué se piensa que soy?

Todo el restaurante lo escucha y el hombre, sin saber qué cara poner, contesta:

-Disculpe, yo sólo quería hacerle compañía.

A lo que la mujer responde dándole una bofetada al hombre:

-Y encima insiste. ¡Atrevido!

El hombre, completamente abochornado, se va a la otra punta del restaurante y decide sentarse allí. A los pocos minutos la mujer se levanta y se acerca a la mesa de él.

-Disculpe por la forma que lo traté antes, pero soy psicóloga y estoy estudiando el comportamiento de las personas ante situaciones inusitadas.

El hombre se levanta y contesta gritando:

-¿Qué? ¿1.000 euros? ¡Está loca! ¡Ninguna puta vale eso!



Calcular la edad

Al llegar a sus 50 años, una mujer decide rejuvenecerse con una operación de cirugía plástica en la cara. Se gasta 15.000 €, y se queda asombrada al ver los resultados. Tras el alta, al emprender el regreso a casa, se detiene en un puesto de venta de periódicos, para comprar una revista. Antes de irse, le dice al vendedor:

-Espero que no se moleste si le pregunto algo, ¿cuántos años cree que tengo?

-Alrededor de 32.

-¡No! Exactamente tengo 50 -contesta muy feliz la mujer-.

Poco después entra en un McDonald's y le hace la misma pregunta a la cajera. La chica le contesta:

-Yo diría que alrededor de 29.

La mujer le responde, con una amplia sonrisa:

-No, tengo 50.

La mujer se siente genial, rejuvenecida, nueva. Se detiene en una farmacia. Va al mostrador a pedir unos caramelos de menta y le pregunta al dependiente lo mismo. El dependiente le contesta:

-Yo te echaría 30 años.

Orgullosamente, ella le replica:

-¡Tengo 50, pero muchas gracias!

Ya en la parada del autobús que la llevará a su casa, le hace la misma pregunta a un viejito de aspecto inofensivo, que también espera. Y él le dice:

-Señorita, yo ya tengo 78 años y mi visión es muy pobre. Sin embargo, cuando yo era joven, tenía un método infalible para averiguar la edad de una mujer. Tal vez le parezca muy atrevido, pero debería dejarme meter las manos en su sujetador. Sólo de esa manera, y de ninguna otra, podré decirle exactamente cuántos años tiene usted.

La mujer observa en silencio al anciano, en la calle vacía. Hasta que no puede más con la curiosidad. Y, sin pensárselo otra vez, le dice al anciano:

-¡Qué diablos! ¡A ver, aplique su método!

El anciano coloca sus manos bajo la blusa de ella, y empieza a palpar muy despacio y suavemente. Levanta cada pecho y, delicadamente, aprieta los pezones, varias veces. Ajusta un pecho con el otro y los frota entre sí. Después de unos cinco minutos de todo esto, ella dice:

-Ya está bien, ya está bien... ¿cuántos años tengo?

Él da un último apretón a las tetas, saca las manos y le dice:

-Señorita, usted tiene 50 años.

Muy sorprendida, la mujer contesta:

-Es realmente increíble, ¿cómo lo hizo para saberlo?

El anciano responde:

-¡Yo estaba detrás de usted en la cola del McDonald's!



El elefante, la jirafa y la gallina

Había una vez un elefante, una jirafa y una gallina que fueron a hablar con Dios. Pasa el elefante y le dice:

-Por favor, Dios mío, achícame la trompa, pues soy la burla de la selva por tener una nariz tan grandota.

-Hijo mío, ¿no te das cuenta de que con tu trompa puedes tomar toda el agua que quieras sin agachar la cabeza y además te puedes bañar tu solo?

El elefante se arrepiente y le pide disculpas. Le toca el turno a la jirafa y le dice:

-Dios, por favor, achica mi cuello, pues todos los animales de la selva se burlan de mi por tener un cuello tan largo.

-Hija mía, con ese cuello, tan largo y hermoso, alcanzas los frutos más altos y frescos de los árboles, obteniendo así una alimentación privilegiada.

La jirafa comprende y también pide disculpas. Entonces entra la gallina y le dice a Dios:

-Dios, a mi no me vengas con gilipolleces, ¡o me achicas los huevos o me agrandas el culo! ¿Estamos?



Mitos sobre la sexualidad

Un hombre se sube a un avión en el aeropuerto de la ciudad de México con destino a Nueva York y, al sentarse, descubre a una mujer guapísima que va entrando al avión. Se da cuenta que se dirige hacia su asiento y ¡bingo! se acomoda en el lugar de al lado.

-Hola, ¿viaje de negocios o de vacaciones?

Ella lo mira y le responde, de manera encantadora:

-De trabajo. Voy a la Convención Anual de Ninfómanas en los Estados Unidos.

Traga saliva. Aquí está una de las mujeres más hermosas que ha visto en su vida, sentada a su lado y va a una convención ¡de ninfómanas! Luchando por mantener una actitud correcta le pregunta calmadamente:

-¿Y qué hace usted exactamente en esta convención?

-Conferenciante. Hablo desde mi experiencia, para desmitificar muchos mitos sobre la sexualidad.

-¿De veras? -sonríe-, ¿y qué mitos son esos?

-Bueno, uno muy popular es que los afroamericanos son los hombres mejor dotados físicamente, cuando en realidad son los indios navajos los que poseen esta cualidad. Otro mito muy popular es que los franceses son los mejores amantes, cuando en realidad son los de ascendencia griega. Y también hemos comprobado que los mejores amantes en potencia, en todas las categorías, son de origen catalán.

De pronto, la mujer se incomoda y se sonroja.

-Perdón -le dice-, en realidad no debería estar hablando de todo esto con usted, cuando ni siquiera sé su nombre.

-Pluma Blanca -le responde-. Pluma Blanca Papadopoulos Puigcendrós, pero mis amigos me dicen Andreu.



Mensaje para el encargado

Es una noche muy fría, el bar tiene algunas pocas mesas ocupadas en los rincones más oscuros del salón. Una hermosa mujer se acerca felinamente a la barra, se relame el labio superior, le guiña el ojo al barman y lo llama, moviendo con languidez los dedos índice y medio de la mano derecha. Cuando él se acerca ella le acaricia su muy tupida y boscosa barba murmurándole al oído:

-¿Eres el encargado del bar?

-Para ser sincero... no, pero...

-¿Lo puedes llamar? Necesito hablar con él -dice ella, deslizando sus manos más allá de su barba y acariciando con dulzura los lóbulos de sus orejas, sus cabellos, y haciendo cosquillas alrededor de su incipiente calva-.

-Lo lamento, pero no está -responde, babeando excitado, y agrega-, pero yo puedo ayudarte en lo que necesites.

-Claro que puedes..., necesito que le des un mensaje...

Mientras habla con voz dulce lleva despacio dos dedos hacia los labios de él, acariciándole las encías, metiéndoselos en la boca y dejando que los mordisquee y los chupe con delicadeza.

-Por favor, dile que no hay papel higiénico en el baño de mujeres y me tuve que limpiar el culo con los dedos.



Instrucciones precisas

Un labrador llevó su camioneta al mecánico para que se la arreglase. Como no iban a poder tenerla lista pronto decidió volverse caminando a su granja, que no quedaba lejos. Al estar saliendo del pueblo se detuvo en la ferretería a comprar un cubo y un tarro de pintura. Luego pasó por la carnicería y compró dos pollos y un pedazo de cordero. Pero al salir de la carnicería se dio cuenta de que tenía un problema: ¿cómo llevar a su casa todo lo que había comprado? Mientras se rascaba la cabeza se le acercó una ancianita, que le dijo que estaba perdida, y le preguntó:

-¿Me podría decir cómo hago para llegar a la granja de los Rodríguez?

-Bueno, en realidad mi granja está muy cerca de la de ellos. Con gusto la acompañaría hasta allá pero no puedo llevar yo sólo todo el camino todas estas cosas que compré.

-¿Y por qué no pone la lata de pintura en el cubo, agarra éste con una mano, se pone un pollo debajo de cada brazo y lleva el cordero con la otra mano?

-¿Sabe que tiene razón? -le contesta el hombre, y empezaron a caminar-.

A los cinco minutos el hombre le dijo:

-Cojamos un atajo que pasa por ese monte. Así nos ahorramos un montón de camino.

La viejita lo miró cautelosamente y le dijo:

-Yo soy una viuda solitaria, sin marido que me defienda. ¿Cómo sé que usted, cuando entremos al monte, no me va a poner contra un árbol y me va a violar?

-¡Dios santo, señora! Estoy cargando un cubo, una lata de 5 litros de pintura, dos pollos y un cuarto de cordero. ¿Me quiere decir como hago yo para ponerla contra un árbol y violarla?

-Ponga el cordero en el suelo, tápelo con el cubo, ponga la pintura encima del cubo y yo le sostengo los pollos.



El contable sordomudo

Un jefe de la mafia descubrió que su contable había desviado 10 millones de dólares de la caja. El contable era sordomudo, razón por la cual fue admitido en la familia, pues, como no podia oír ni decir nada, en caso de una eventual detención y proceso no podría actuar como testigo. Cuando el jefe le fue a preguntar por los 10 millones llevó consigo a su abogada, que conocía el lenguaje de señas de los sordomudos. El jefe preguntó al contable:

-¿Dónde están los 10 millones que te llevaste?

La abogada, usando el lenguaje de las señales, le hizo llegar la pregunta al contable, quien, a su vez, respondió con señales:

-Yo no sé de qué están hablando.

La abogada lo tradujo para el jefe:

-Dice que no sabe de qué le hablamos.

El mafioso sacó un pistola calibre 45 y apuntó a la cabeza del contable, gritando:

-¡Pregúntale de nuevo!

La abogada, por señas, le dijo:

-Él te va a matar si no le cuentas dónde está el dinero.

El contable respondió a su vez con señas:

-Está bien, ustedes ganan. El dinero está en una valija marrón de cuero, que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el número 400 de la calle 26.

El mafioso le preguntó a la abogada:

-¿Qué ha dicho?

La abogada respondió:

-Dice que no tiene miedo de morir, y que usted es un desgraciado hijo de puta que no tiene cojones para apretar el gatillo...

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