jueves

Chistes de Parejas (3)

La primera vez

La joven pareja, en su noche de bodas, se disponía a irse a la cama. El enamorado esposo, ante la mirada apurada de su joven mujer, le preguntó:

-Cariño, dime, ¿es tu primera vez?

La esposa le respondió dulcemente:

-Hoy, sí.



Esposa chivata

A un hombre lo paró la Guardia Civil de tráfico cuando iba conduciendo hacia su casa en compañía de su esposa.

-¿Cuál es el problema, agente?

-Circulaba usted a 120 kilómetros por hora en una zona de límite 80.

-No señor, iba a 85.

-No es cierto, Luis, ibas a 120 -intervino la esposa-.

El hombre echó una mirada de advertencia a su mujer.

-También lo voy a multar porque tiene fundida la luz de freno de la izquierda -continuó el guardia-.

-¿Luz? ¿Qué luz ? No tenía ni idea.

-No te hagas el tonto, Luis -dijo la esposa-. Te dije que tenías la luz fundida hace lo menos seis semanas.

Esta vez la mirada fue venenosa, de esas que causan pavor.

-También lo multaré por no usar el cinturón de seguridad.

-¡Pero si me lo quité en el momento que me detuvo!

-¡Por favor, Luis! ¡Pero si tú nunca lo utilizas!

Esta vez Luis no aguantó más y gritó a su mujer:

-¡Cierra el pico, hija de puta!

-Señora -intervino el agente-, ¿su esposo le habla así normalmente?

-No, agente. ¡Sólo cuando está borracho!



Regalo de cumpleaños


Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:

–Cariño, he tenido un sueño maravilloso: he soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños. ¿Qué querrá decir?

El marido sonríe y le contesta:

–Lo sabrás en tu cumpleaños.

Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado "El significado de los sueños".



Sé fuerte, mi amor

Un hombre escapa de la prisión donde ha estado preso durante quince años. Entra a una casa a buscar dinero y armas y encuentra a una pareja joven haciendo el amor en la cama. Le ordena al tipo que se levante y lo amarra a una silla. Amarra a la mujer a la cama, se le monta encima y pega su boca al cuello de ella. Luego se levanta y va al baño. Mientras el prófugo está en el baño, el esposo le dice a la mujer:

-Mi amor, escucha, este hombre es un convicto que ha escapado, mira su ropa. Probablemente pasó mucho tiempo en la prisión y no ha visto una mujer en años. Lo vi cuando besó tu cuello. Si quiere tener sexo no te resistas, no te quejes, haz todo lo que te ordene. Satisfácelo sin importar lo que te pida. Este tipo probablemente es muy peligroso y si se molesta nos puede matar a los dos. Sé fuerte, mi amor. ¡Te amo!

Y la mujer le responde:

-Él no estaba besando mi cuello, me susurraba algo al oído. Me dijo que es gay activo, que le pareciste muy guapo, muy pero muy guapo, y que tienes un culo precioso. Y me preguntó si teníamos vaselina; le dije que estaba en el baño. Sé fuerte, mi amor. ¡Yo también te amo!



Infidelidad

Al regreso del trabajo, el marido encuentra a su esposa en la cama con un jovencito. El hombre comienza a armar un gran escándalo y, cuando estaba a punto de derrumbar la casa, la mujer lo interrumpe:

-Antes de hacer una locura tienes que oír cómo fue lo que pasó: al regresar a casa, vi a este joven que parecía cansado, con hambre y harapiento. Entonces lo invité a pasar y le di la comida que te preparé ayer y que tú no quisiste comer porque ya habías cenado con tus amigos. Él estaba descalzo y entonces le di aquel par de zapatos que todavía están nuevos y que tu no quieres usar porque te los regaló mi madre. Él tenía mucho frío y yo le di el suéter que te compré para tu cumpleaños y que no usas porque no combina con tu estilo de vestir. Sus pantalones estaban rotos, y entonces le di tus jeans que estaban en perfecto estado pero que ya no usas porque no te entran. Como estaba sucio, le aconsejé que se diera un baño y aproveché para darle aquella loción que te traje de Francia que tú nunca usaste porque te daba alergia. ¡Ahh...!, y cuando él ya se iba me preguntó: "¿Tiene alguna otra cosa que su marido ya no use?" Y... se la di.



Seguro de vida

El esposo llega muy conmovido y le dice a la esposa:

-Mi amor, voy a contratar un seguro de vida por 50 millones, para que cuando yo muera no pases penurias.

-Tranquilo, mi amor, con que te mueras ya para mí será suficiente.



Un regalo para la novia

Un joven quería comprarle un regalo a su novia por su cumpleaños. Luego de pensarlo mucho, decidió que un par de guantes sería muy apropiado y algo romántico. La hermana de la novia lo acompañó a comprarlos, y lo ayudó a elegir unos guantes de color discreto. La hermana de la novia también aprovechó que estaba en el centro comercial y decidió comprarse unos calzones. A la hora de envolver el regalo, la vendedora se equivocó y envolvió los calzones en lugar de los guantes. Sin revisar el contenido del paquete, el joven envió el regalo a su novia acompañado con la nota siguiente:

"Elegí este regalo porque he notado que no usas nada cuando salimos por las noches. Si no hubiera sido por tu hermana habría elegido los largos con botones, pero ella se probó estos cortos y juntos verificamos que son más fáciles de quitar. Habría querido elegir un color más adecuado, pero la vendedora me mostró los que ella está usando hace tres semanas y no se le nota la mugre para nada. Le pedí a la vendedora que se probara éstos que compré para ti, y se veían muy bien.

Quisiera estar contigo para ponértelos por primera vez, porque no tengo ninguna duda de que otras manos los tocarán antes que yo te vuelva a ver. Cuando te los quites no te olvides de soplarlos antes de guardarlos porque es natural que tomen un poco de humedad. Pienso solamente en cuántas veces los voy a besar durante los próximos meses. Espero que los uses para mí el viernes de la próxima semana por la noche.

Con todo mi amor.

José Carlos

PD: Me enteré que la última moda es usarlo doblándolos un poquito hacia abajo para que se vea el peluche."



Necrofilia

Un hombre fue puesto delante de un juez y se le acusó de necrofilia (practicar sexo con un cadáver). Le dice el juez:

-Llevo veinte años como juez y nunca vi una cosa tan baja e inmoral. Deme una sola razón para que yo no lo encarcele.

El hombre responde:

-No le voy a dar una, sino tres buenas razones:

1ª) No es de su incumbencia.

2ª) Ella era mi esposa.

3ª) Yo no sabía que estaba muerta. Ella siempre actuaba así.



Me traicionó el subsconciente

Un hombre subió al avión con un ojo morado y, al sentarse, se percató de que su vecino de asiento también tenía un ojo morado.

-¡Qué casualidad, los dos tenemos un ojo morado, ¿puedo preguntar qué te pasó?

-Pues mira, me traicionó el subconsciente. Esta mañana, en el mostrador de la aerolínea había una rubia buenísima, con pechos grandes y bonitos, así que cuando quise decir "¿Me da dos billetes para Viena?" lo que en realidad dije fue "¿Me da dos melones, tía buena?". Entonces, ella se ofendió y me arreó un buen golpe en el ojo. ¿Y a ti que te pasó?

-Pues no te lo creerás, pero también me traicionó el subconsciente. Esta mañana, en el desayuno, cuando le quise decir a mi mujer "Pásame los cereales, cariño" lo que dije en realidad fue "Me estás arruinando la vida, grandísima hija de puta".



Futuro yerno

Un muchacho tocó a la puerta de la casa de su novia. Tuvo el tino de abrir el padre de la muchacha.

-¿Qué desea, joven?

-Pues, verá, vengo a hablar con usted.

-Bueno, pase, joven, vayamos a la sala y ahí me cuenta de qué quiere hablar conmigo. ¿Y bien?

El joven, todo decisión, respondió:

-Mire usted, vengo a comunicarle que a su hija y a mí nos gustaría compartir nuestras vidas, nos queremos casar.

El señor sonrió.

-Pues está muy bien eso de que se casen, pero cuénteme, muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?

El joven, con todo el aplomo de mundo, contestó:

-Mire, aunque soy ingeniero titulado, no gano mucho. Sin embargo, su hija me ha comunicado lo que ganan su distinguida esposa y usted. Por lo cual confío en tener una pequeña ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.

Un poco sorprendido por la respuesta, el padre hizo otra pregunta:

-Bueno, ¿y piensan comprar un piso o una casa? ¿O prefieren alquilar?

El joven, con mirada inocente, contestó:

-Si antes le pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, hemos pensado que, como esta casa es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar o alquilar casa. Deseamos vivir en esta casa con ustedes.

El señor, desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:

-Dígame algo, ¿tiene automóvil?

El joven, sonriendo, respondió:

-Mire, no tengo coche porque he estado pensando que, si usted tiene tres, ¿para qué vamos a comprar uno más? Usted nos deja el que les sobra y así no es necesario adquirir otro.

En ese instante, entró en la sala la madre de la novia, quien, mirando primero al joven y luego a su esposo, preguntó cordialmente:

-¿Se puede saber de qué habláis?

El esposo respondió:

-Querida mía, qué bueno que llegas, quiero presentarte al Señor Gallina, quien pretende ser el futuro marido de nuestra hija.

El joven, desconcertado y molesto, inquirió:

-Oiga, ¿por qué me llama Señor Gallina?

A lo que el presunto suegro respondió:

-Bueno, ¡grandísimo infeliz!, ¿cómo demonios quieres que te llame si hasta ahora lo único que vas a poner son los huevos?



Haciendo la estatua

Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar.

-¡Vamos -le dice al amante-, deprisa, quédate parado allí en la esquina!

Rápidamente ella cubre el cuerpo del amante con aceite, lo salpica con talco por encima y le dice:

-No te muevas hasta que yo te diga, finge que eres una estatua, yo vi una igualita en casa de los Almeida.

En eso, el marido entra y pregunta:

-¿Que es esto?

Ella, fingiendo naturalidad, contesta:

-¿Eso? Es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gustó tanto que compré una igual.

Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada la mujer está durmiendo y el marido todavía está viendo la televisión. De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sandwich, toma una lata de cerveza y va para el cuarto. Una vez allí se dirige a la estatua y le dice:

-¡Toma, cabrón, come y bebe algo! Yo me quedé dos días como un idiota en el cuarto de los Almeida, y ni un vaso de agua me ofrecieron.



El poder de la leche

Un tipo algo ingenuo, que llevaba meses viajando para atender a sus clientes, volvió a su hogar y descubrió sorprendido que tenía un hijo negro. Como él era totalmente blanco, al igual que su esposa, le preguntó:

-¿Pero cómo es posible que tengamos un hijo negro si los dos somos muy blancos?

La esposa, muy tranquila, respondió:

-Verás, como yo no tenía leche tuve que buscarme una nodriza para que amamantara al niño, y como ella era negra el niño se puso de ese color.

El tipo, no muy convencido, decidió ir a consultarlo con su madre, a quien le contó la historia, y la madre respondió:

-¡Claro que puede ser! Fíjate, por ejemplo, en ti mismo: cuando naciste tuve una enfermedad que me impedía amamantarte, y entonces te di leche de vaca y... mira... ¡mira que lindos cuernos te están saliendo!



Esposa inexperta

Se casa una pareja y la primera noche, al llegar al cuarto del hotel, le dice la mujer al esposo:

-Mi amor, tengo que decirte algo, pero no me había atrevido hasta ahora... mi amor, mira que yo no sé nada de nada, ¿me entiendes? ¡Nada de nada!

-Pero mi amor, ¿qué importa eso si aquí estoy yo para enseñarte? -le dijo él tiernamente-. Lo primero que tienes que hacer es quitarte toda la ropa, te quedas completamente desnuda y te acuestas en la cama. Entonces yo me quito la ropa también, me quedo desnudo y me acuesto contigo en la cama. Luego tú abres las piernas y yo...

-¡Vale, vale, para el carro! ¡Que yo follar sí que sé! Yo lo que no sé es lavar, planchar, cocinar...



Enamorados

En la tranquilidad de la tarde, junto al solitario lago, se inclina el casto Eduardo sobre su novia Teresa y, con voz ensoñadora, le dice:

-Me pregunto una cosa, Teresa: los pajaritos lo hacen, las abejitas lo hacen. ¿Por qué no lo podemos hacer tú y yo?

-¿El qué? -preguntó, muy emocionada y dispuesta por fin a todo, Teresa-.

-¿Qué va a ser, mi amorcito? ¡Volar!



El reloj de cuco

Anoche salí con mis amigas a una "reunión". Le dije a mi marido que regresaría a casa a las 12 en punto. "Te lo prometo", le dije. Pero la "reunión" estuvo muy bien: copitas, bailecitos, más copitas... ¡y se me hicieron las tantas! Resulta que llegué a casa a las 3 de la madrugada, completamente borracha. Acababa de entrar y el puñetero reloj de cuco hizo "cu-cu" tres veces. Al darme cuenta de que mi marido se iba a despertar por ese sonido, grité "cu-cu" otras 9 veces más. Quedé tan orgullosa y satisfecha por haber tenido de pronto, aunque borracha, una idea tan buena para evitar la pelea con mi marido... Me acosté de lo más tranquila, pensando en lo inteligente que soy.

Por la mañana, durante el desayuno, mi marido me preguntó a qué hora había llegado y le contesté que a las 12 en punto, tal y como le había prometido. El, al principio, no dijo nada, ni me pareció desconfiado. "¡Qué bien, salvada!", pensé yo. Entonces él me dijo: "Por cierto, deberíamos cambiar nuestro reloj de cuco". Le pregunté, temblorosa, "¿Y por qué, mi amor?" Y me dijo:

-Bueno, anoche el reloj hizo "cu-cu" tres veces; luego, no sé cómo, gritó "¡Mierda!"; después hizo "cu-cu" cuatro veces más, vomitó en el pasillo, hizo "cu-cu" otras tres veces, se cagó de la risa y otra vez hizo "cu-cu"; salió corriendo, pisó al gato, rompió la mesita de la esquina de la sala, se acostó a mi lado dando el último "cu-cu" y se durmió.



El último deseo

Un hombre regresa a casa después de visitar al médico y le informa a su esposa que sólo le quedan 24 horas de vida. La esposa recibe la noticia afligida, y pregunta al marido qué puede hacer por él. El hombre contesta que, dado que sólo le restan 24 horas de vida, quisiera pasarlas muy bien, en un ambiente romántico. La esposa accede a la petición de su esposo, y hacen el amor apasionadamente hasta quedarse dormidos.

Pasado un buen rato el hombre mira su reloj y se da cuenta de que sólo le quedan 18 horas de vida. Despierta a la mujer y le pide que lo complazca nuevamente, a lo que ella accede.

Más tarde el hombre echa un vistazo a su reloj y puede ver que ya únicamente cuenta con 12 horas de vida. Vuelve a despertar a su mujer y de nuevo se entregan a la pasión.

Entrada la madrugada, el hombre mira nuevamente su reloj y calcula que ya sólo le quedan 4 horas de vida. Toca el hombro de su mujer para despertarla, ella se da la vuelta y, ya muy enfadada, le dice:

-¡Déjame ya en paz, coño! ¡Cómo se nota que tú no tienes que madrugar!



Visita inesperada

Una mujer visita sorpresivamente a su esposo en la oficina. Al abrir la puerta del despacho, lo encuentra con su secretaria sentada en su regazo. Sin perder la calma, el hombre le dicta:

-...Y en conclusión, señores, a pesar del recorte de presupuesto, no puedo continuar con las actividades de esta esta oficina con una sola silla...!



Viudas en el cementerio

Se encuentran dos viudas en un cementerio, una muy feliz, limpiando la lápida de su marido y cantando como loca; la otra, muy triste, llorando a mares. Al rato, la desconsolada mira a la contenta y le pregunta:

-Disculpe, señora, ¿cuánto tiempo hace que enviudó?

-Seis meses -respondió, en tono alegre, la otra-.

-¿Y cómo hace para estar tan feliz, si yo llevo 3 años y aún no he podido superar esta pena?

-Muy sencillo: porque, después de muchos años, es la primera vez que sé con seguridad dónde está y quién se lo está comiendo.



Celos

Un hombre estaba sentado tranquilo, leyendo su periódico, cuando su esposa, furiosa, llega de la cocina y le arrea un sartenazo en la nuca.

-¡Por Dios! ¿Qué mierda te pasa?

-¡Eso por el papelito que encontré en el bolsillo de tu pantalón, con el nombre de 'Marylou' y un número!

-Amor mío, ¿te acuerdas del día que fui a la carrera de caballos? Pues Marylou era el caballo al que aposté, y el número es cuánto estaban pagando por la apuesta.

Satisfecha, la mujer se retiró pidiendo mil disculpas. Días después estaba él nuevamente sentado cuando... ¡PUM!... recibe un nuevo golpe, esta vez con una olla a presión. Más asustado que dolorido por el golpe, él le pregunta:

-¡La madre que te parió! ¿Qué coño te pasa ahora?

-¡Que tu caballo ha telefoneado y pregunta por tí, malparido!



Suerte

Un hombre sale como loco al balcón de su casa y le grita a su mujer, que está en el parque hablando con las amigas:

-¡María! ¡María! ¡Hemos ganado los 50 millones en la lotería!

La mujer salta, loca de alegría, pasando entre todas las amigas, y sale corriendo a la casa para abrazarse con su marido. Pero al cruzar la calle aparece un camión a 120 Kilómetros por hora y, ¡zas!, la atropella.

El marido abre los ojos hasta sacarlos casi de las órbitas, y dice:

-¡La madre que me parió! Cuando uno está con suerte, está con suerte...

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